Peligroso sería que llegaras a ser conciente de la gran atracción que ejerce tu persona sobre mí.

Cuando te tengo lejos, todo mi poder de decisión se hace presente, haciendo gala de una fuerza que tiene la maldita costumbre de evaporarse cual arena entre mis dedos cuando estamos frente a frente.

Puedo mentirme una y mil veces, sosteniéndome a mi misma que voy a ser capaz de negarte mi compañía, de ahorrarte mis caricias y escatimarte mis palabras.
Pero no
porque me amenaza tu cercanía, me alcanzan tus ojos para que mis rodillas choquen.

y en franca regresión a tercer grado, puedo sentir como el corazón me late desbocado y las palabras se me atoran en la garganta, sin saber si salir todas juntas en atropello o rezagarse un rato más a mi tibia sombra.

se me agranda la sonrisa, se me dilatan las pupilas.
I lose track of time.

y no quiero ni pensarlo.
No, no me lo digas, no son síntomas de nada.
yo no estoy enferma, y menos enamorada.

Argh! Detesto que supongas mis sentidos.