Se desgranan del cielo pequeños gajos que de pronto adquieren el carácter de proyectiles de cristal, guerra declarada de esos pequeños obuses transparentes que caen oblicuos y furibundos sobre las testas desprevenidas, guerra sin cuartel en la que las primeras víctimas descubren que son más pobres cuando el agua transforma en atroces piscinas sus desprovistos hogares, llanto desconsolado que se mezcla con esas gotas gélidas que no saben de compasión y sólo caen y caen con su ciega perseverancia. Los muchachos traviesos reciben la andanada acuosa y no se inmutan y ríen desaforados mientras estrujan sus cabellos, un perro ladra inútilmente a las alturas, la lluvia arrecia e irreverente apaga los cirios de la fe, un Cristo estilando parece repetir desde el fondo de los tiempos: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? El agua forma ríos, médanos, islotes, pronto todos somos náufragos bajo esa lluvia desatada que diluye fronteras y anega escondrijos. Los mendigos se refugian en los portales y contemplan con sus ojos desesperanzados aquel furibundo ataque. Todo pareciera acabar, los resabios de un ancestral diluvio inquietan los corazones culposos, cae, cae, cae, estrepitosa sobre la acera y sobre los tejados la reprimenda de los cielos y la bendición de los campos yermos. Los paraguas son escudos multicolores que no logran desconcentrar al enemigo, el agua todo lo domina y son ejércitos torrenciales los que se liberan en un momento para desbastar los frágiles fundamentos. El sol domina el horizonte pero es sólo un espejismo. El cielo se atavió con las más negras mortajas para enjoyarnos con sus diamantes luctuosos. Mares urbanos espejeando sus vastos territorios, almas en pena huyendo, cada cual, a su cubil, furibundos proyectiles capaces de empequeñecer el orgullo, ultrajar la vanidad y ahogar con sus aparentes febles garras a los indómitos que hoy son simples felinos empapados. La lluvia arrecia, tras los cristales, la vida común teje añoranzas, alguna vez, alguna vez... mañana quizás escampe y el alma regresará por fin a esos cuerpos ateridos…
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