Jorge, estaba desesperado por asesinarlo habían sido largo los años de sufrimiento junto a ese esperpento que era su padrastro. No encontraba la forma de acabar con esa horrible existencia. A su memoria le vienen esos años de maltrato desde aquel día en que su madre murió en un accidente de tránsito, desde ese entonces, ya hace como 11 años su vida se volvió miserable.

Pero no todo estaba perdido, ya casi era un hombre, y la oportunidad de asesinar a su padrastro, se tornó en una necesidad después que el desgraciado se había ganado el premio mayor de la lotería. Pero Jorge no era un asesino profesional, así que tubo que entrenarse con la peor calaña de pandilleros y asesinos del barrio de San Cristóbal. Siempre fue un larguirucho y flaco adolescente de 21 años, y los métodos convencionales como la asfixia o una puñalada no estaban a su alcance ya que se padrastro era muy espigado y existía la probabilidad de fallar, incluso el envenenamiento era demasiado difícil, asi que optó por el revolver, sea lo que fuera, tenía que hacerlo rápido.

La ignorancia del viejo, había facilitado las cosas, sacó todo el dinero del premio que tenía en el banco y lo guardaba en el viejo colchón de aquella casa inmunda. Después de una raquítica semana de entrenamiento estaba listo para el trabajo.

Era viernes en la noche y Jorge estaba en su cuarto como siempre, listo para dar el golpe, sus compinches aguardaban en la ventana del dormitorio, para ayudarle a cargar con todo el botín, del cual por supuesto tomarían parte. Era el momento….se encaminaba hacia la recamara donde yacía el remedo de humano junto a un televisor viejo. No podía fallar contaba con un arma de fuego con silenciador incluido.

De repente se escucho una detonación, BAM!, seguida de un alboroto interminable, golpes, alaridos, forcejeos, vidrios volando…de repente salió Jorge sudando a chorros y con maletas en mano….

-Imbesiles! Me dieron un arma con balas de salva! Tuve que matarlo con mis propias manos….