Canta, tierra,
con ternura,
no dejes que la noche tenebrosa
te lleve hasta el misterio
de sus sombras,
de su duelo,
no dejes que te arrastre
la oscuridad.
Deja que el viento te enseñe a llorar
y llora,
tierra noble,
en tu misterio al amar,
lleva la música por tu sangre,
por tus venas
como ríos
que recorren tus tierras
Guarda en tus colores
el ritmo y el son
de la guitarra que toca tu dolor.
Baila, tierra,
con alegría,
toca las cuerdas y los acordes de tu melodía
y canta
una canción amarga
a lo lejos de tus valles
a lo alto de tus montañas.
Escucha,
alguien canta.
Baila, tierra,
baila.
© Natalie Najshomov, junio de 2005.
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