Extraño tu rostro, sobre todo tus ojos
que de amor están plenos, no lo puedes negar,
les delata su brillo, tu mirada no miente,
en ellos me pierdo, me lograste atrapar.
Tus abrazos extraño, comenzando a ser mía
A tu cuerpo me uno, invitando a tus manos
Que me exploren, me toquen, despertando el deseo,
De placer me cubras, a las nubes vamos.
Extraño la magia, en que tu piel y tu boca
jardín de flores eran, invitándome
a ser mariposa, para así en ti posarme
y beber de aquel néctar que eres tu, mujer.
Y sobre todo extraño, el momento cumbre
en que a mi piel donabas, tu desnudez,
te ofrecías entera, deseabas te amara,
que en ti seamos uno, para siempre esta vez
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