Los suspiros fueron secretos de segundos rotos por azar, acaso abre la puerta al deseo cada mañana al despertar. las miradas, guiños absurdos de una historia sin revelar, fueron rotos en el silencio que silencia esa voz al callar. Los minutos fueron eternos eternos en su inmensidad abrazados a lo que les une que el amor por la eternidad. Y nos encontraremos en ese punto donde lo sagrado se vuelve tan trivial como hojas hechas de segundos, de un árbol imposible de cortar.
Texto agregado el 27-06-2005, y leído por 127 visitantes. (2 votos)