Cada mañana me levanto pensando que te veré nuevamente, pero mi alma se atormenta por el hecho de no poder confesarte lo que siento, decirte cuanto te quiero y lo mucho que me gustaría que tú sintieras lo mismo que yo...
Pero también siento miedo de decírtelo, pues eres mi mejor amigo y si te lo dijera temo que perdamos nuestra amistad, porque eso si que no lo soportaría, tu amistad ha sido lo mejor que me ha pasado en mi vida, de alguna forma u otra has logrado que yo me abra un poco más a las otras personas, ver la vida con otro punto de vista.
Pronto termino de desayunar y camino hacia la escuela, no pasa mucho y veo que te diriges a mí, me saludas con una sonrisa, la cual me alegra la mañana y tus ojos, tan azules como el cielo, me quedaría prendida en ellos.
---Hola Lucy—me dice a la vez que se acerca y me da un beso en la mejilla, trato de no sonrojarme, pero mis mejillas me traicionan.
---Buenos días Tom---le contesto alegremente---. ¿Cómo estas?
---Bien, algo cansado, solo eso.
---No me digas, estuviste estudiando para tus pruebas.
---Sí, ojalá me vaya bien.
---Claro que te va a ir bien—le ánimo como lo ha hecho él muchas veces--, tenlo por seguro.
---Gracias Lucy.
Ambos seguimos caminando, me siento como una tonta, arruino el lindo momento por mi falta de conversación, lo cual a veces me enfurece, pero como Tom me conoce mejor que nadie, sabe que no soy muy buena para conversar. Pero me conformo con caminar contigo, a veces las palabras sobran y creo que en este momento están sobrando.
Poco a poco la cabeza se me llena de recuerdos, como el día en que te conocí, era mi primer día en la secundaria, me encontraba nerviosa, pues no conocía a nadie. Estaba caminando, esperando a que toquen el timbre para entrar a clases, me sentía aburrida, muchos estaban conversando, tal vez algunos que se volvían a encontrar después de las vacaciones o simplemente haciendo nuevos amigos. De pronto sentí que alguien me toco el hombro y al darme vuelta vi a Tom, yo simplemente le pregunte si le pasaba algo, él me dijo que me formara pues pronto iban a tocar, yo miré mi reloj:
“---Pero si recién son las 13:50 pm.—dije viendo si no estaba atrasado o adelantado---,aún quedan 10 minutos.
“—Entonces debe ser mi reloj el que esta atrasado---dijo haciendo una mueca burlona, no pude evitar reírme---¿Eres nueva?
“---Es mi primer año en está escuela---dije sin tener vergüenza--¿y tú?
“---No, yo ya voy en cuarto de secundaria, en este año me graduó.
“---Ya veo.—dije casi con indiferencia---¿Cómo te llamas?
“---Thomas Cabrera, pero mis amigos me llaman Tom ¿Y tú?
“---Lucía Aguirre, pero todos me llaman Lucy, mucho gusto—le extendí mi mano en gesto de saludo, admito que me dio algo de vergüenza, pues me pareció un poco ridículo.
Tom y yo nos hicimos buenos amigos, pero al terminar el año, él se graduó y al año siguiente entro a la universidad, lo extrañaba mucho y pronto me di cuenta que estaba enamorada de él, pero no encuentro el valor para decírselo”.
O cuando me pidió que fuéramos confidentes. En ese día estaba algo triste, se cumplía un año desde la muerte de mi papá, quién murió en la playa, a causa de un calambre mientras se bañaba en el mar, yo encontraba injusto el que se haya muerto, él era muy bueno y nunca le había hecho nada malo a nadie.
“---¡Lucy!---exclamó Tom al verme llorando, tenía los ojos hinchados por haber estado llorando.---¿Te encuentras bien?
“---Sí, no te preocupes---dije mientras me limpiaba la cara.
“---Pues no lo pareces. ¿Por qué estas llorando?
“---No lo sé, las lágrimas llegan solas a mis ojos y no puedo evitar que caigan.
“---¿Por qué no me cuentas?---me sentí muy conmovida por como se preocupaba por mí.
“---Porque tal vez te vas a reir y me vas a encontrar muy infantil.
Ambos nos quedamos en silencio sin decir una palabra.
“---Sabes Lucy—no dejaba de mirar el cielo--. Me gustaría que compartieras conmigo tus alegrías y tus penas, que me tengas como confidente además de amigo...
No supe que decirle en ese momento, pero me sentía agradecida de tener un amigo como él. En seguida le conté algunas de mis penas y alegrías, Tom me escuchaba en silencio, no se coloco a reír ni nada, al final me dijo que la muerte era algo natural de la vida y que debía recordar a mi papá con alegría y no con tristeza, así él podría descansar en paz.”
Esos y muchos otros más son los recuerdos que atesoro en mi alma.
---Lucy, ¿me escuchas?—me sobresalte al oírlo, pues estaba sumida en mis pensamientos.
---¿Qué me decías?
---Te estaba preguntando si vas a ir a la biblioteca en la tarde.
---Claro que voy a ir.
---Bueno, entonces tienes que esperarme, pues yo también voy a ir.
---Esta bien.
Pronto llegamos, Tom caminó hacía la izquierda de la calle, pues la universidad donde él estudiaba se encontraba como a tres calles de la escuela.
---Hasta pronto Lucy. Te quiero mucho.
---Nos vemos Tom...
Me dijo un “Te quiero”, pero...será por qué somos amigos ó por otra cosa? No lo sé. Entro a la escuela aún con la duda en mi cabeza, ¿Acaso será que sientes lo mismo que yo? Me encantaría pensar que sí, pero no quiero hacerme ilusiones, por lo tanto, prefiero que nos sigamos viendo como los buenos amigos que somos, con tal de estar a tu lado.