Hoy, al despertar como tantos y tantos días de venir recordando, me dí de pronto cuenta de tanto cuento. Tengo aquí una media cama que te espera, porque siempre al dormir busco tu abrazo, y al despertar estoy siempre del mismo lado dejando disponible la mitad para tí.

¿Te das cuenta de esta necedad de seguirte esperando? Es hasta el absurdo del sueño, el tener reservado tan dentro un espacio para ti, y subconcientemente dormir en la orilla de una cama que sólo me pertenece, continuo cubriéndome con la misma bolsa la cara al dormir, hasta hoy sin tu abrazo.

Tengo media cama para tí, y un corazón completo que te pertenece donde los dos podemos vivir, tengo unas ganas enormes de compartir mi vida a tu lado, y tengo sobre todo que pronto a tu encuentro partir; si tan sólo me quisieras lo tan poco y suficientemente tanto como para siquiera llamarme... ¡una sola vez!, sabría que no ha sido en vano la espera y valdrá la pena la pena, para que un día llenes mi cama y mi corazón, tan vacío y ausente como ésta cama, sin tí.