La calle,resulta agradable estar allí cuándo estás de buen ánimo, pero de lo contrario solo fría y lúgubre la verás, sentirás el pavimento mas duro y notarás mas gris el concreto, observarás la gente sonreír y pueda que tu tristesa aumente, pues te dará rabia que elllos puedan ser felices y tu no.
La calle te empieza a parecer hostil, el ambiente se tornará denso, el tiempo pasará lentemente, quisieras estrellarte con una piedra y caer.
La calle será entonces abrumadora, llena de miseria y dolor, no escucharás nada, solo vagos rumores, el hará espeso y un helaje recorrerá vagamente el lugar.
La calle está afuera y es un mundo aparte, y salir a esta en un estado de depresión o desilución, puede llever al vicio, a la vagancia extrema, al peligro inminente, es un riesgo latente.
"La anterior fué una pequeña, pero explicita reflexión que nos hace caer en cuenta que cuándo estamos tristes y salimos a la calle, la vemos de otra manera, nos aburrimos, es un universo aparte." |