Sentados ante el tablero los dos jugadores dialogaban.
-“Bueno, juguemos otra partida”
-“Yo pido Diablo”
-“No, tú ya fuiste Diablo la vez pasada”
-“Bueno..., vámos a hacer una cosa, yo soy Diablo y tú pones las reglas, menos una”
-“¿Yo organizo todo y tú eres Diablo?”
-“Pero, pongo una regla”
(Rascándose la barba), -“ ¿Qué regla pones?
-“Yo regulo lo que se lleven a la boca”
-“Ja, ja, ja. ¿Yo pongo todas las reglas y tú sólo te ocupas de lo que se lleven a la boca?”
-“Ajá”
-“Ok, yo Dios y tú Diablo, y yo regulo todo”
-“Menos los que se lleven a la boca”
-Ok, ¡Juega!”
Y, es por eso, que todo lo que nos gusta, engorda, envicia o causa cáncer.
|