Amo la suavidad de tus mentiras
Tristes como el mediodía,
Secas como la lluvia,

Se sigue desintegrando la pureza de tu piel,
El néctar de tus manos frías,
Junto al abismo seductor de sombríos horizontes,

Permanezco aislada del mundo y de ti,
Sin dejar por eso de estar cerca,
De sentir los azotes que gustosamente
Disfrutas por que me lastiman,

Quisiera pisotearte
Quisiera escupirte hasta la muerte
Y no sentir dolor,
No sentir lastima de mi por comenzar
A formar parte de lo que tu llamas vida;

Que los búhos y los gritos me parecieran lastimosos,

Que en las noches aparentemente tristes
No sintiera tu soledad,
Que cada beso consumado no me llevara
Al borde de querer caer.

Quisiera etiquetarte como a una caja vacía
Y acariciarte dulcemente como punto de partida
Para mi final.

Adoraría volver a ser la misma criatura sin sentidos lucidos
Para sentir la presión alucinante de tus brazos en mi espalda.

Y dejarte morir sin tener que hacerlo yo
Y tomar las riendas de mi futuro desolado
Y regalarte los momentos, y tragarme los silencios,
Y recoger los pedacitos de sueños que le sobren a cualquiera.

Para poder ser, para no temerle a las sonrisas,
Para aceptar que ya es inevitable olvidarme para siempre de todo
Lo que una vez creí ser sin tener que llorar a gritos.

Para reciclar lo restante de mi todo
Y olvidarlo en un rincón de tu fría oscuridad.