Amortíguame la caída Con aquellos barrancos inexistentes De los que tanto me hablaste Sin mencionar palabra alguna, Clausúrame todos los actos de emancipaciones Futuras que atravesaron el pasado de mis torturas matinales. Divierte a mis lunares Con tu despeinado y quejumbroso almacén de sueños. Enmudece cada vulgar verso, Cada mordaz suspiro, Que ahora seré yo la que ultraje las sonrisas, La que burle simpatías silencios abolidos Por verdugas sonrientes. Contrapuse las versiones y te robe las armaduras.
Texto agregado el 25-06-2005, y leído por 130 visitantes. (3 votos)