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¿El amor está hecho de promesas?
Hace unos días por fin comprendí…
‘Te prometo no pensar más en ti… y te prometo… no cumplir lo que prometo’ Esto era lo que leía en ese entonces, pero era algo que simplemente no entendía ¿prometer que no cumplirá lo que promete? Era extraño y no tenía sentido para mi.
El tiempo pasó y pasó… hasta que llegó el día que te conocí; hablamos por primera vez y no pudimos dejar de hacerlo desde ese día. Estuvimos siempre juntos en la mirada, en la piel, en el pensamiento… en el sueño. Podría decirse que era todo perfecto, pero tuvieron que llegar las promesas: ‘Prometo pensar siempre en ti’ ‘Prometo estar siempre contigo’ ‘Prometo amarte hasta el final de mi vida’ ‘Prometo dar mi vida entera por verte feliz siempre y en toda circunstancia’.
Promesas… promesas… ¿qué son las promesas?
Yo crecí siempre con la idea de que una promesa se hacía con el corazón; una promesa no podía romperse; una promesa… era siempre una promesa.
El tiempo y las promesas siguieron sin detenerse, pero un día se fueron rompiendo lentamente una por una. Tú no pensabas más en mi, no estabas más conmigo, ni siquiera supe qué pasó con tu vida después y definitivamente ninguno de los dos era feliz. Yo no podía entender, lo nuestro había sido una promesa y las promesas no se rompen solo así. Tú lo prometiste… yo lo prometí… pero estando en medio de tantas promesas, ninguno de los dos pudo continuar.
Cada día y cada noche miraba al cielo en busca de un consuelo, pero lo único que conseguía era que el vacío que estaba dentro de mi creciera. No podía más con el recuerdo de tantas promesas y no entendía por qué las mismas promesas que me habían hecho feliz eran las mismas que me provocaban tantos deseos de morir. Si no eras tú no sería nadie más; si no tú no estabas yo no tenía por qué estar; si tú no pensabas en mi yo no tenía por qué pensar en mi… si no eras tú... no podía permitir que alguien más prometiera lo que tú ya habías hecho.
Era una lenta agonía el pensar en ti… vivir solo de tu recuerdo no bastaba y llegó el momento… ahora mi turno, prometí no llorar más y que dejarías de doler. No fue fácil…al principio soporté tu mirada en mi pensamiento; no me partí ante el recuerdo y mordí todo el deseo de morir, pero después solo fue fingir que sonreía y tuve que aprender a llorar hacia dentro. No más lágrimas… no podía haber una lágrima más… lo había prometido. Pero no… no pude más y tuve por fin que partirme en mil pedazos. No soporté más y volví a mirar el cielo en busca del consuelo que sabía no tendría y lloré, volví a llorar mucho más que antes… ¿por qué simplemente no podías dejar de doler y ya?
Pero ahora entiendo… te entiendo a ti. Tú no pudiste cumplir tus promesas… tal vez sentiste la misma desesperación que yo al no poder cumplir la mía… ahora entiendo…
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Texto agregado el 24-06-2005, y leído por 160
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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24-06-2005 |
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Muy buen texto. Realmente tienes tu forma de expresarte y eso, amiga mía, eso es bueno.
Te felicito por que logras lo que te propones con tus creaciones, o al menos yo lo siento así.
Es una forma diferente de literatura, de esa forma tan atípica de expresar y escribir que tanto me gusta a mí.
Seguiras teniendo mis visitas por aquí, así que nos estamos viendo.
Con respecto a tu texto, de verdad me gustó mucho. Nadie dijo que el amor se alimenta de promesas. Nadie lo dijo. Uno inventó las promesas siempre. Es innato ver promesas, que como, bien tú dices, la mayoría de las veces se rompen como si nada.
Vuelvo a decirte que tienes mis felicitaciones, porque realmente me encanta cómo escribes...
Bueno, no te quito más espacio ni más tiempo... así que estamos a la orden.
Abrazos.
Pablo. Paloliman |
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