Ya está, sólo y hasta te resta imaginar lo que vayas leyendo ahora, en este soliloquio de lo que haré contigo, mientras estoy sin tí.
Verás mi figura un poco más pesada que de costumbre, porque la costumbre pesa sobre mí y con ella he tomado algo de su ingrávido volumen, mi cabello corto como sé te gustará, mi mirada alegre de verte al de nuevo por la noche a tu contacto llegar.
Soltaré cuanto lleve en mis manos para estrechate en un abrazo que te robe el aliento, que luego te daré con un solo beso prolongado, que me quite la sed que tengo de tí, sentirás mis cálidos labios rozarte toda la boca.
Con mis dientes tomaré tus labios y mi lengua te recorrerá, tocará tus comisuras y sentirá tus dientes saboreando tu aroma y tu saliva, calida como caricia de terciopelo que me recorrerá hasta cubrir mi garganta amorosa que no se cansa de cantarte todavía.
Mis manos inquietas recorrerán y juguetearán con tu cabello y tu cuello, y tu espalda recorrerán mis dedos hasta llegar al límite de tu cintura, tomándote para acercarte aún más a mí, sintiéndonos más cerca que nunca.
Lentamente te soltaré y te devolveré un poco de aliento, respiraré tu aroma a flores perfumadas y me saciaré de tí, abriré los ojos y al despertar estarás ahí para darme los nuevos y buenos días, como nunca y como siempre después de juntos dormir; esta es sólo una pequeña parte de lo que al tenerte pronto cerca, hare al verte junto a mí. |