Confesión del No Autor


Soy un ser extraño. Un hombre hecho de los anhelos de otro. De sus recuerdos inconexos y de su memoria deslavada. Un tipo que habita en la verdad incierta de una pieza muy blanca. Tan blanca y clara como la plana memoria de mi autor, memoria retroactiva y cursimente masoquista. Drama de feria dominguera, de besos a prohibidas y a escondidas, de miradas ocultas, risas ciegas y roces no completos. Esa es su realidad. Tipo cobarde, atormentado con tanto drama mental que no puede besar a quien desea, y que me ordena desde su noche amarga a una recortada tarde de sol. A una céntrica comuna. A una plaza enrejada con una multitud de canchas improvisadas. Me ordena a un pasto tibio, a galpones inmensos y a un extraño sueño de verano. Me ordena los lustrosos hombros de ella. A ella,... Y así la veo.
Veo sus manos lisas, la comisura de su boca de niña y su paso descuidado. Y me veo acercándome tan lento como para percibir cada detalle, cada luz en su rostro. Me acerco en completa fiebre y miro sus ojos. Sus ojos negros, aquellos tiernos ojos... y me veo balbuceándole un discurso risueño con un gesto algo sensual, para al final, percibir bajo su melena mal cortada el dulce olor de su cuello.
Mas la suave presión de su piel en mis labios…


Pero confieso cómplice que todo este dramatismo malcriado ocurre en mi mundo...

Pobre tipo. ..


Toda esa sutil escena para que el pobre bese su cuello ¡¡solo ocurre en mí etéreo mundo!!. En mis dominios mudos, no en el mundo del autor. El mundo de él es el que veras al levantar tu vista, al volar por sobre mi fibroso espacio. Su mundo tan o aun más plano que el mío, donde se atormenta como si fuera su gran causa vital y donde se ensueña ingenuo en delgados brazos tranquilos. ..
Su mundo de soles, de brisas secas y de oscuras noches.

Ese es su mundo, ya que en mi mundo no hay ni soles, ni titi1antes estrellas,... solo el brillo de sus recuerdos. Imágenes fugases, delirantes, mentirosas en esencia, en simpleza.

En mi mundo no hay ni noches ni endiademadas lunas,... solo el oscuro pesar de sus recuerdos. Imágenes fugases, delirantes, mentirosas en esencia, en simpleza..

En mi mundo no hay un mundo.. .

Solo su afiebrada cabeza que no gusta de las noches que pronto le caerán encima para atormentarlo, que no gusta de sentir y besar el cuello de ella solo a través de mis labios... labios de un blanco papel, labios distantes, irreales y de personaje.

Mis labios delirantes. Mentirosos en esencia y en simpleza...




A.P.