Querida Alicia:
Las letras que te escribo son negras. Negras como el negro brillo de tus ojos que los imagino recorriendo estas líneas. Veloces. Devorando cada palabra para tratar de descifrar el porque de su llegada, luego de todo este tiempo, luego de tantos años.
Años en que me he mantenido en silencio. Callado como los viejos libros que me acompañan al momento de escribir. Callado por culpa de mi silencio en aquella tarde, culpa por no haber podido articular palabra alguna, y haber asentido a todo lo que tu en lagrimas me decías. Por no haberte tomado firme de los brazos, secado tus negros ojos y de un beso callarte la boca.
Pero tuve miedo. Miedo a creer que lo que tu decías era, sincero, cierto, y que todo lo forjado se iba derrumbando en cada sollozo tuyo, en cada lagrima negra.
Pero de eso ya tiempo, y tu sabes que en silencio se lavan las penas, y yo te escribo para romper no con el tiempo, ni con las penas, sino que con el silencio, que a estas horas es mi único compañero, al cual constantemente le pregunto del porque no pudimos entendernos si en el fondo,... nos entendíamos.
No he conseguido la respuesta, pero supongo que la vida esta llena de contradicciones como esa, y que tu mañana me podrás olvidar, como también olvidarás esta carta hasta el punto de dudar de su posible existencia. Mañana podrás olvidar, pero esta noche, tu mente viajará libre, fuera de tus antiguos miedos y temores, nacidos del reflejo de una antigua desilusión y no de nuestra furtiva relación, y en ese vuelo de conjeturas y de posibles realidades te permitirás pensar que nuestra historia, -que hoy habita en un incierto lugar- pudo haber sido la más bella historia de amor, nuestra historia de amor.
...
Aunque eso no es lo que en este momento importa, ya que ahora solo importa que me amaste, y que yo te ame, y que el principio y el final fueron la misma cosa, y que nuestra historia existió porque ya dejo de existir, así como existe la vida porque existe la muerte, y que todo es parte de lo mismo.
Contradictorio, como lo que aun siento por ti, como este adiós, y todos tus besos.
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