LA SOLEDAD TAMBIEN ES UN PIANO QUE LLORA PORQUE NO SABE LLORAR.


Ya he estado en lugares como este, con luces similares y paredes que dejan descubiertos mis huesos, de nuevo el silencio es un arma mortal que me acribilla con recuerdos de colores y rostros que enamoran. La soledad también es un piano desconsolado que llora porque no sabe llorar. Un aroma familiar se me cuela en las horas con un alfiler q a media tarde y media vida pincha mis dedos para no dejarme despertar. La ciudad a esta hora se llena de nubes naranja y labios rojizos por el frio, podemos tocar el cielo y el infierno, es como bebernos un vino blanco y uno tinto, nada tan trascendental como el cuerpo de una mujer a la sombra de una flor marchita en un florero roto, tengo clavadas las espinas y los pasos que diste en el ocaso. La soledad también es un piano que llora porque no sabe llorar. Leí los diarios y el reporte del clima pronosticaba un hombre escribiendo frente a la chimenea, peleado con la vida y con la muerte para equilibrar por cuestión de principios y otras mentiras mas, sentí frio cuando lo vi y me fui rápido a mi casa a sentarme frente la chimenea a escribir con ojos de fuego. Son tus manos el instante de calma al despertar, son tus ojos los del viento que me abriga, porque la soledad también es un piano que llora porque no sabe llorar, ya es media vida y las cosas no dejan de cambiar. Siempre tendré sed.