Anoche soñé con Borges. No tenía esa voz más temblona que argentina que recordaba de la grabación en la que el propio autor recita “Ajedrez”. Su voz era la mía. No estaba tampoco ciego aunque sus ojos estaban cerrados. Parecía cansado.
Pierre Menard autor de El Quijote–me dijo.
Le dije que lo consideraba uno de sus mejores cuentos. Después la sensación de no conseguir elogiar su cuento como se merecía. Sólo decía tonterías como es genial, me gustó mucho, muy bueno. Me avergoncé y guardé silencio.

Pierre Menard y los espejos –dijo ahora.

Después una confusión como de mareo. Tres ideas simultáneamente en la cabeza. Las tres revueltas a la vez:

Los espejos duplican los hombres.
Los espejos paralelos provocan infinitos.
Los espejos en los sueños son más peligrosos.

No entiendo maestro –casi con lágrimas por no estar a la altura.
Pierd Menard y el infinito –me dijo guiñándome un ojo con los ojos cerrados. Nadie me entendió. Nadie ha descubierto mi pista, ni nadie aún a invitado a Pierre Menard a disfrutar de mis infinitos.

Al despertar escribí en una libreta:

Buscar un cuentista que escriba dos cuentos titulados : “Robert Aleph, autor de Pierre Menard autor de El Quijote.” y “Funes Fierro, autor de Robert Aleph, autor de Pierre Menard autor de El Quijote.”

Nota: Este cuento, como es lógico, no está registrado intelectualmente, ni nada que se le parezca. Y su plagio y/o desarrollo más que un delito será considerado como un merecido homenaje postumo a Borges