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Advertencia de los Editores
Estimado lector, los diálogos que aparecen en este texto son transcripciones de las grabaciones que los ex-cadetes acordaron efectuar de sus reuniones. Los temas son esencialmente náuticos o relacionados con ello, por lo que no recomendamos su lectura al lector común.
Examen de admisión
Amistad
Afecto personal, puro y desinteresado,
compartido con otra persona, que nace
y se fortalece con el trato.
(Diccionario RAE)
Un grupo de ex cadetes navales, que habían estado en la Escuela Naval, entre los años 1949 y 1953, se reunían en el Club Naval de Valparaíso todos los jueves al mediodía, con el objeto de recordar sus vivencias en la Escuela y a lo largo de sus vidas. Al poco tiempo las reuniones se habían convertido en reuniones almuerzo.
—Les voy a contar lo que me sucedió cuando vine a dar el examen de admisión, en realidad parece un cuento —dijo V*.
—Sí, recuerdo que tuve que venir a Valparaíso, debe haber sido a fines de diciembre del cuarenta y ocho. Era un problema para los que vivíamos en el sur, por suerte, después, se les ocurrió tomar los exámenes en varias sedes a lo largo del país —agregó C*.
—Yo era porteño, así que no tuve ese tipo de problemas —afirmó D*.
—Vivía en Santiago y viajaría a Valparaíso con mi padre, pero la novedad era que nos acompañaría mi tío Gerardo, hermano de mi mamá e íntimo de mi papá. Este tío era una de las personas más divertidas y entretenidas que he conocido. Tenía muchas anécdotas. De cuando había efectuado el servicio militar y le correspondió estar en Tacna para el plebiscito de Tacna y Arica; fue detective por muchos años y en esa época, ya jubilado de Investigaciones, trabajaba en forma independiente; para mí, el que nos acompañara, ya era una aventura mas —dijo V* y luego de una pausa continuó—: Tomamos el tren que salía desde la estación Mapocho, demoró casi cuatro horas en llegar a la estación Puerto, salimos a la plaza Sotomayor y nos entretuvimos mirando el muelle Prat, el monumento a Prat y un tranvía eléctrico de dos pisos, que unía Playa Ancha con la plaza. Nos subimos a un micro, llegamos a la plaza Victoria y nos instalamos en el hotel Victoria, ese que está allí al frente —e indicó con el dedo hacia una de las ventanas.
—Recuerdan esos viajes en tren entre Santiago y Valparaíso. Me encantaban porque eran entretenidos y sobretodo por la comodidad, no como esos viajes infames en los autobuses de esos años. Mi padre trabajaba en ferrocarriles asi que conocí bastante de nuestros trenes. Este tramo fue inaugurado en el año 1863, luego fue electrificado y el inicio del fin de este recorrido fue 1968, cuando se abrió el túnel de Lo Prado, que permitió la reducción del tiempo de viaje en vehículos, por la ruta 68, entre la capital y el puerto. En 1998 fue suspendido el servicio de trenes y al año siguiente se clausuró la estación Mapocho —manifestó R*.
—Me dejan continuar con mi cuento —dijo V* y prosiguió—: Luego de instalarnos en el hotel, mi papá sugirió que fuéramos hasta la Escuela. Aún era temprano, así que hicimos el mismo recorrido que efectuaríamos al día siguiente. Nos subimos a un micro que nos llevó hasta la plaza Aduana y allí tomamos el ascensor Artillería que nos trasladó hasta el Paseo 21 de Mayo. Esta era la segunda vez que visitaba Valparaíso, la primera había sido varios años antes, así que para mi fue una sorpresa ver la entrada de la Escuela Naval y contemplar los recintos portuarios desde el mirador del paseo. Regresamos al hotel, comimos y nos acostamos temprano, pues el niño tenía que descansar para estar fresco para los exámenes del día siguiente. Estábamos durmiendo, cuando unos golpes en la puerta de la habitación nos despertaron. Mi papá se levantó y luego de un rato, volvió y me dijo: “Gerardo está en problemas, tengo que ir a buscarlo. Si mañana aún no he llegado, vete solo a la Escuela. Recuerda que debes estar a las ocho y media, avisaré en la recepción que te despierten a las siete. Aquí te dejo dinero para la movilización, trata de dormir un poco”.
—Yo era primera vez que venía a Valparaíso, jamás había salido de Iquique y recuerdo perfectamente la impresión que tuve esa mañana de los exámenes, cuando me encontré en el frontis de la Escuela al salir del ascensor. Ver con mis propios ojos la escala, los cañones y el asta con la bandera, me emocionaron, sentí que estaba efectuando algo importante, que se estaba cumpliendo mi sueño de niño. Me había aprendido de memoria algunos datos de la Escuela, por si me los preguntaban en el examen de apreciación personal; que había sido construida en 1893, que la escala tenía 95 peldaños, que el reloj… Por supuesto no me los preguntaron, pero hasta ahora los recuerdo —agregó F*.
—A mi una de las cosas que más me impresionó esa mañana fue el ascensor, lo encontré inmenso y disfruté la vista hacia el puerto mientras recorríamos sus 175 metros de longitud en 1 minuto 20 segundos. Después averigüé que había sido construido en 1914 para comunicar la Plaza Aduana del plan de la ciudad, con el Paseo 21 de Mayo del cerro Artillería —expresó C*.
—Bueno, voy a terminar mi historia —dijo V* con un leve tono de enfado—. Después que mi padre salió de la pieza no pude dormir más, cuando vinieron a despertarme, salté de la cama, tomé desayuno y partí a la Escuela, llegando con mas de media hora de anticipación. Terminados los exámenes de esa mañana, mi papá me estaba esperando en el hall de la Escuela y me contó lo sucedido: “Tú tío, cuando nos fuimos a acostar, no encontró nada mejor que ir a dar una vuelta al barrio del puerto, pasó a un bar, se tomó unos tragos y al salir lo asaltaron y lo dejaron en pelotas, hasta los zapatos le robaron. Afortunadamente unos detectives pasaron por allí y lo llevaron al cuartel de investigaciones, lo identificaron y uno de ellos lo reconoció como ex detective, así que le consiguieron ropa y me vinieron avisar. Ya se la había pasado la mona, lo acompañé hasta el terminal y tomó un bus de regreso a Santiago. ¿Y a ti cómo te ha ido?”
JORVAL (32)
010605
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Texto agregado el 23-06-2005, y leído por 968
visitantes. (13 votos)
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Lectores Opinan |
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25-12-2007 |
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hijo de puta... anciano de mierda...activa mi cuenta Ciberbaco |
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23-07-2005 |
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Valiosos recuerdos (sobre todo por la parte Histórica). Saludos. duckfeet |
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06-07-2005 |
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Excelente, muy bueno, cada dia me sorprendes mas amigo! Como Nínive me quede medio sin palabras entre tantos elogios!
*****
besos peinpot |
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02-07-2005 |
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te felicito, los demás me han dejado sin palabras. NINIVE |
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29-06-2005 |
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Me gustó este comienzo y mucho, es una narración entretnida y tiene los visos de una real conversación, dónde siempre hay alguno que toma un pie del que está relatando una historia y lo interrumpe. En cuanto a los nombres, no lo veo necesario, así me pareció bien, se comprende y quiero resaltar algo, gracias a tu pluma he conocido mucho de tu país y de esta conversación de amigos saco lugares que quizás nunca veré personalmente pero que vos dibujás con esmero. besitos y estrellas. Magda gmmagdalena |
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29-06-2005 |
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Es amena tu narración y tienes facilidad para la prosa. Pero a mi juicio, los diálogos demasiado largos, terminados con un "Dijo x", empobrecen la historia. Puedes utilizar términos variados como: acotó, repuso, agregó, comentó, concluyó, etc., y con su nombre de pila, por favor.
SAludos y me hiciste trasladarme a esos lugares de antaño... Tan chilenos. El romántico viaje en tren, ufff! josedecadiz |
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28-06-2005 |
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Una historia estupenda y muy bien conseguida las interrupciones para rememorar situaciones(típico de una reunión de veteranos, o no? jejejeje) barrasus |
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27-06-2005 |
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El sentido del humor siempre está presente en tus escritos. Entre la tensión de la historia de V, los comentarios de los otros interlocutores y la salida abrupta el suceso que ha sacado al padre del hotel, un pobre tío que lo han dejado encuerado después de un asalto, qué sorpresivo eres. Me encantan la forma en que hilvanas estas historias; datos históricos en medio de una charla entre gente común y corriente. Muy bueno. Dainini |
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27-06-2005 |
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Perdona que te haga un comentario atípico. Porque al leer tu escrito ha sido lo primero que me ha traído a la memoria. Cuando aprobé mi oposición me examiné en Ciudad Real y papá me acompañaba. Hacía un calor de mil demonios, no corría ni un soplo de aire. Nervios míos, papá no había dormido nada en aquel hostal... Al finalizar el examen le dije: - Vamos a comer a cuerpo de rey. Preguntamos por buenos restaurantes y fuimos a esa zona que nos indicaron, donde había muchos a cual mejor. Pasamos a uno de ellos y enseguida salió el maître, servilleta al antebrazo a recibirnos. - váyanse sentando. Enseguida vuelvo a ver qué desean los señores. Papá preguntó por los aseos y mientras se dirigió a ellos, yo observé que los sillones del restaurante no eran demasiado cómodos para lo que nuestro cansancio requería. Salí rápidamente a la calle y miré en otro restaurante, consecutivo a éste. Vi que este otro tenía unos sillones muy confortables, y "esa infraestructura" me garantizaba, aparte de una buena comida, un reposo para el cuerpo. Volví y en cuanto vi a papá que entonces regresaba de los aseos lo enganché del brazo y lo saqué de allí, empujándole para el otro lugar. Entonces él dijo: - Qué vergüenza. Menos mal que no somos de aquí, porque si me viese el camarero de nuevo diría: "Este tío no vino aquí nada más que a mear". // Bueno, que espero la segunda parte de tu relato, a ver qué cuentan los cadetes, sobre todo V* o su papá. Ruth |
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27-06-2005 |
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Enhorabuena amigo. Entretenida historia que nos cuentas a modo de diálogos entre camaradas. Se pasa muy rápida la lectura y amena, espero no se demore mucho la continuación porque a mi me parece que esa fue su intención dejar un final abierto que de paso a otro de sus cuentos. Saludos y todas las estrellas. claraluz |
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27-06-2005 |
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Espero como los demás la segunda parte. Por cierto, pobre "V" hasta que pudo contar su historia.
Un abrazo
iolanthe |
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27-06-2005 |
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muy buena historia, me hizo recordad anecdotas de cuando erta instructor de navegación...mis 5* fredonedi |
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27-06-2005 |
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Advertencia de los Editores
Estimado lector, los diálogos que aparecen en este texto son transcripciones de las grabaciones que los ex-cadetes acordaron efectuar de sus reuniones. Los temas son esencialmente náuticos o relacionados con ello, por lo que no recomendamos su lectura al lector común.???????????
Perdón pero lo leí igual, no suelo llevarme de lo que dicen los demás
Muy bueno!!!!!!! india |
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26-06-2005 |
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Amigo: muy buieno el texzto. Fluido el diálogo. Nos llevas por el sin darnos cuenta. ¡Pobre tío! Quedarse en pelotas. ¿Qero quien le quita lo bailado? Gracias por brindarnos este texto. Mis cinco estrellas. Máximo islero |
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26-06-2005 |
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Una redacción dinámica y entretenida le pone tu sello a esta historia. Disfruté con el diálogo de los amigos y tanto dato de lo que fueron nuestros trenes y transportes en esa época. De niñita vajaba, por el Estrecho de Magallanes en el " Alondra " o en el " Puyehue ", barcos que seguramente conociste y recordarás, luego hasta Santiago, desde Puerto Montt, en ese tren tan parecido al tuyo, que se demoraba tres días en su recorrido. Viajé muy lejos, con tu relato, y esa camaradería que siempre ha existido entre los marinos, es para no dejar de recordarla nunca, quizás muchas horas solitarios navegando, quizás el mar en su profundidad arraiga la amistad de los que lo surcan. Felicitaciones y van mis cinco estrellas. Ignacia |
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25-06-2005 |
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El mar se engalana con tu prosa. Una vez más los aires marinos nos ofrecen su canto. Una historia muy bien narrada, y una suspenso intriga entre asteriscos y personajes. ***** y un abrazo. Shou |
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25-06-2005 |
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Sí, es la primera entrega de otro de esos relatos con aromas a mar que nos regalas. Ojalá no haya que esperar mucho para saber de esos persoanjes que esta vez nos los traes con iniciales y asteriscos.Mientras tanto dejo unas estrellas para iluminar esas líneas estupendas de "entre amigos," porque así se siente uno al leerte. Un abrazo.// Ovidaba decirte que esos editores no saben que no hay que ser una erudita en nautica para disfrutar de tus textos. Su recomendación no va a disuadirnos. entrelineas |
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25-06-2005 |
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Me imagino que el número 1 indica que esta historia continuará ¿o no? por lo que me reservaré una opinión final para más adelante. Como sea: está bien redactado, se nota bastante fluido y además entrega datos históricos que siempre son bienvenidos (al menos por mí), confieso que me quedé con cara de ¿y...? por eso espero la continuación de la historia :) Un abrazo. biotza |
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