Sebastián empezó a sudar ligeramente, con la mirada perdida en algún punto de la habitación simulada. Tenía que pensar rápido, repasar mentalmente la Ley para el ejercicio del periodismo y la comunicación técnica, encontrar algo a lo que agarrarse para elaborar una buena defensa. La acusación de aquel tipo debía tener cabos sueltos... ¡por supuesto! ¿Qué clase de retrasado se implanta 60 centímetros de percherón y pretende endosárselos a su mujer como si tal cosa? Todo el mundo sabe que para que un implante TX funcione correctamente a nivel sexual la mujer debe modificarse la vagina.
-Por cierto- la voz de Jensen sacó a Sebastián de su ensimismamiento- olvidaba comentar que mi mujer se realizó una modificación permanente del diámetro y la elasticidad vaginal hace dos años que le permite “recepcionar” implantes de hasta 20 centímetros de diámetro... lo digo para no dejar ningún dato en el tintero.
Lars Jensen pareció dibujar una medio sonrisa al tiempo que se sentaba de nuevo y cruzaba las piernas. Parecía satisfecho con su exposición.
-Muchas gracias, ciudadano Jensen. –bramó la voz de la mesa- Es el turno de réplica para el ciudadano Guomordeaux. Adelante.
Sebastián permanecía sentado, con los codos apoyados en la mesa y las manos sobre las mejillas. Su mirada seguía perdida en algún lugar indeterminado.
-Ciudadano Guomordeaux, su turno de réplica, por favor- repitió la voz SABIO.
-¿Cómo?- Sebastián parecía estar a muchos kilómetros de allí- Oh, perdón, perdón. –reaccionó al fin- Por supuesto. Mi turno. La réplica.
Tras ser acusado varias veces de información incompleta, Sebastián dominaba con cierta soltura las técnicas necesarias para desarrollar una buena réplica en un juicio SABIO. Nunca antes había sido encontrado culpable de las acusaciones y esta vez no iba a ser una de ellas, pensó Sebastián.
Gracias a las clases de teatralidad y autoconfianza que había recibido durante sus estudios emebeá de periodismo y comunicación, Sebastián sabía como recomponerse en cuestión de segundos. Su cara mostraba ahora una mueca en plan “estoy encantado de conocerme y cuando termine de hablar, vosotros también lo estaréis”. Se puso en pie.
-A lo largo de mis 7 años de experiencia como redactor en diferentes medios- Sebastián sabía donde poner cada palabra y qué entonación darle para tener más posibilidades de obtener un resultado positivo en la posterior calibración de subjetividad- he sido objeto de numerosas demandas. Me han acusado de ocultación de información, de nepotismo e incluso en una ocasión me demandaron por dar “demasiada información superficial”. Sin embargo, jamás ninguna de estas demandas prosperó y siempre salí absuelto de tales acusaciones.- Sebastián realizó una estudiada pausa y prosiguió con su discurso de réplica- No puedo negar que la acusación del ciudadano Jensen me ha sorprendido negativamente. Como SABIO verificará en su deliberación, poseo un expediente profesional intachable que demuestra una rectitud poco común a la hora de elaborar mi trabajo de redactor. Así mismo también he de señalar que el reportaje a que hace referencia el demandante siguió todos los trámites de control de calidad establecidos por la ley, por lo que no cabe fallo alguno ni mucho menos una acusación de negligencia profesional.
>>>No obstante, si aún así se produce algún problema con el implante, como el que el ciudadano Jensen señala, considero que es la empresa fabricante, en este caso GenArt, la única responsable de tal situación. Como redactor de 3KMM, es cierto que poseo un alto grado de formación para la identificación de taras y fallos en los implantes, sin embargo una disfunción tan extraña (de hecho, me atrevería a decir que no existe ningún caso similar registrado con anterioridad) como la que el demandante nos ha descrito, solo podría ser detectada por aquellos que han elaborado el producto, es decir por los responsables de GenArt. Así pues, me declaro inocente de la acusación realizada por el demandante y pido que sea éste el que corra con los gastos del juicio. Gracias.- Sebastián sonrío afablemente, tratando de ocultar el nerviosismo que aún seguía instalado en su interior.
La luz roja que proyectaba la mesa comenzó a parpadear a mayor velocidad, y los neurocables que ambos tenían conectados adaptaron un tono fucsia.
-Es el momento ahora -dijo la voz SABIO- de llevar a cabo la calibración de subjetividad de sus declaraciones, la detección de mentiras y el repaso a sus historial jurídico. Les ruego que permanezcan quietos, será cuestión de segundos.
La habitación se quedó súbitamente a oscuras y sólo se podía distinguir el fulgor rosado de los dos neurocables. Sebastián odiaba la calibración, pues siempre le producía fuertes jaquecas que le duraban todo el día.
A los pocos segundos la estancia volvió a su blancura original y a Sebastián empezó a dolerle la cabeza.
Era la hora del veredicto. La mesa adquirió entonces un profundo tono escarlata y, de nuevo, empezó a hablar:
-Como debe saber el demandado, un ciudadano emebeá como él, goza de numerosos privilegios que los sinemebeá apenas sueñan. Tales privilegios comportan una responsabilidad de la misma magnitud, por el bien de una sociedad justa, ecuánime y equilibrada.
Para que dicho equilibrio no experimente un peligroso desplazamiento, la Ley Absoluta SABIO acaba con los problemas de retrasos, ideología/moralidad de los jueces humanos, mentiras y trampas que antiguamente caracterizaban los juicios. Gracias a SABIO, todos los ciudadanos tienen la garantía que la ley será aplicada de forma rigurosa y objetiva, teniendo en cuenta atenuantes y agravantes, reincidencias, patologías y cualquier otro tipo de circunstancias que tengan –o puedan tener- relación con el caso expuesto a juicio.
Así pues, con el poder otorgado por la omnijusticia demostrada de la Ley Absoluta SABIO, y habiendo escuchado las declaraciones de demandante y demandado, SABIO declara que:
Tras haber calibrado la subjetividad y descartado la falsedad de ambas exposiciones, y habiendo repasado todos los procesos de control de calidad para informaciones sobre implantes TX llevados a cabo el pasado día 05/11/99, fecha en la que el demandante se puso el implante causante de su denuncia, Sabio ha comprobado que el control de calidad de información del reportaje del implante TX “Semental Pure Blood” llevado a cabo por el ciudadano Guomordeaux la citada fecha no pasó por el último paso de filtración exigido por la Ley para el ejercicio del periodismo y la comunicación técnica.
Por lo tanto, SABIO declara que:
El ciudadano emebeá Sebastián Guomordeaux ha incurrido en grave delito de NEGLIGENCIA PROFESIONAL por lo que en un plazo de no superior a 3 días se procederá a la derogación de su calidad de ciudadano emebeá y quedará imposibilitado de por vida para realizar cualquier actividad que requiera la calificación emebeá para su ejercicio.
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