Frío II (comida rápida)

Ella corre al infinito barrio, mi memoria.
Tanto la he amado y ahora mis ojos la tocan con pena y asco.
Pequeña, bella, con la máscara de su fascinación.
Bien peinada se desliza entre el frío y ni me mira.
Antes,
Mucho antes de las heridas y el exquisito dolor,
temblaba al oler su respiración.
Ahora corre
y la pena y el asco.
Es que las cosas cambiaron.
Muchas puertas se abrieron,
muchas piernas, también.
Ahora
la examino,
¿De verdad la amé?


-Mujer salchipapa,
embutido abombado en mostaza.
Eso es lo que eres.
Chica chatarra,
te darán una mordida,
pagarán la cuenta
y quedarás ahogada en tu grasa.
Vida monótona.
Tal vez, y quizás no, sí te hubiese amado.
Pero monos con monos
y
topos con topos.

Hace frío,
tanto que soy intocable
y el rastro de sus poros no arremete mis sentidos.
Quisiera decírselo en su cara.
"Tu vida no es más que moda, ropa, ropa y moda de nuevo"
Soy muy cobarde.
Soy un poeta.
Algo resentido y resinoso.
No juego fútbol,
ni tengo el mejor celular del mercado;
es más, parece que además de respirar no hago nada bien.
Pero disfruto más recorrer el vientre desnudo de la noche
que hablar de...
¿De qué hablas con los varones que empachas?

Yo te ofrecía...
Bueno, nunca te ofrecí nada.

Monos con monos
y
topos con topos,
¿verdad?

Disfruta del idiota a tu lado,
y de los idiotas que vendrán después.
La lista es larga.
Yo me quedo con las locas
y las descolgadas de tu mundo.
Son mejores,
son más ligth.
No quiero tu grasa.
Pero me desgarra,
me corrompe y enloquece la idea de haberte deseado tanto
y ni siquiera haberte besado.
Pero ya estamos lejos.
Vete en el Titanic,
yo estallo en el Huáscar.
Ojalá mate algunos chilenos
para que guarden mis trozos en un museo.
Seré un trofeo.
¿Entiendes?
Pero no podrás verme,
estarás olvidada bajo el mar.
Podría pasar, ¿no?