“Soberano es aquel que decide sobre el estado de emergencia”. Schmitt, Carl
Bogota 16 Enero de 1999
Señor presidente,
Como empezar sin agradecer antes las múltiples obras que ha realizado en pro del desarrollo de un país en caos, como dirigirse a usted sin una palabra de agradecimiento, como hablar de su gobierno sin mencionar antes su mano dura, su criterio indestructible y su fuerza a la hora de sostener todas, incluso las mas controvertidas ideas.
Una mas, una y solo una entre todas las demás cartas que debe recibir diariamente, y aunque muera sepultada entre las demás, no queda mas recurso que intentar una y otra vez hasta que por fin su ocupada agenda (claro ocupada en cosas mucho mas importantes) lance al azar un pequeño espacio en blanco, y tal vez, claro si su valioso tiempo así lo decidiese, bajara su piadosa mirada al menos por un minuto hacia un pueblo que sufre el crimen mas absurdo.
Hoy son 3 años y 40 días, el reloj no perdona y cada segundo se deduce de lo único que conservo aún, la fe. Hace 1135 días mis ancianos oídos no escuchan mas que amenazas e insultos, la palabra mama fue borrada hace mucho tiempo de mi lengua y lloro noche tras noche mientras entre oraciones, blasfemo un Dios inclemente.
Soy colombiana de las que se pone en píe día tras día a las 6 de la tarde al escuchar las trompetas del himno nacional, soy colombiana de las que llora con cada secuestro ,si, soy de esa raza en vía de extinción, pertenezco al selecto grupo que aún ama Colombia, guardo silencio ante su soberanía y apoyo la bandera incluso si la franja roja opaca la azul. Pero como me pide que no pronuncie palabra alguna, cuando el único ser que he amado con desenfreno esta en el monte añorando la libertad, no, ya es hora de acortar distancias, me subordino y el silencio que alguna vez simbolizo respeto, hoy es sumisión. Que no ve? Me muero día a día y mi único hijo no esta a mi lado por culpa de una guerra estúpida, no ve acaso que esta en sus manos volver a una madre la paz de su hijo?, un solo si y en menos de un mes cambian malos por buenos, guerrilleros por soldados, un canje de sueños y esperanza por armas y maldad.
Como se atreve a decir que entiende nuestro sufrimiento, como dice tal incoherencia si jamás a sido separado de alguno de sus hijos, ya basta de sonrisas hipócritas y peticiones afectuosas, señor yo lo elegí para que protegiera mi vida y la de mi familia, no para que me matara sola y acabara con la vida de mi hijo, ya no ruego, no suplico ni pido, ahora exijo a mi hijo de vuelta en el lecho moribundo de su madre
Pasaron meses y en medio de la mas inclemente actitud no recibió otra respuesta que remisiones insulsas a mesas por la paz y entes inútiles en un conflicto Gobierno-Guerrilla. Cuando el tema ya casi estaba olvidado y su carta seria solo una mas entre todas las demás, los periódicos y el país entero era testigo del mas aterrador atentado a la presidencia: En un viaje de vacaciones, la primera dama y sus hijos habían sido asaltados por 5 hombres encapuchados, la mujer en el instinto apenas normal de madre, realizo un intento fallido por proteger a sus dos crías y recibió dos disparos a la altura del abdomen que causaron una muerte inmediata, los dos niños fueron secuestrados y uno de ellos, el mayor, mutilado de uno de sus dedos como método de presión a el máximo mandatario para un canje o una recompensa pronta. Dos o tres semanas después de tan aterrador ataque, el presidente no había pronunciado palabra alguna acerca del hecho y todo parecía continuar tal cual venia transcurriendo. De pronto en su buzón una carta sin membrete y cuyo único remitente era “El presidente”. Algo extraño pues las cartas del gobierno siempre venían con un fino membrete y el sobre plagado de sellos.
Bogota 20 de Agosto de 1999
Señora,
Lamento no haber podido contestar su carta antes, usted mas que nadie comprenderá que tan complicado es leer cada una de la miles de cartas que recibo semanalmente, y aún mas dificultoso contestar a cada una de ellas. Créame que agradezco profundamente su amor a la patria y he de confesarle que me sonrojaron y asombraron sus palabras de gratitud, pues es totalmente injustificada, cada una de esas obras por las que me da gracias no son mas que para lo que millones de colombianos me depositaron su confianza
Jamás le he pedido ni le pediré nunca que baje su cabeza ante mi, es mas exijo se levante cuando sienta la necesidad de hacerlo y si es necesario grite para hacerse oír, respetar la soberanía no es agachar la cabeza y cargar con un yugo insoportable, es comprender que tomo las ideas de todos y doy la última palabra, es respetar la bandera y la tierra, es amar a Colombia.
Quizá, antes jamás entendí el dolor de la guerra, antes nunca me toco directamente el secuestro y entonces mis decisiones fueron simples y subjetivas, no habrá canje, no soltare un solo criminal capturado, ni un solo peso a las arcas de la guerrilla, los rescates son prohibidos, y así mi mano dura aplasto, sin duda, muchas esperanzas.
Créame que hace muchos días no duermo y no ronda en mi cabeza otra cosa que dar rienda suelta a el canje y los rescates, créame que no hay cosa que anhele mas en el mundo que ver la sonrisa de mis dos hijos, pero créame también que lo dije antes y lo sostengo ahora, juré lealtad a mi patria y así muera en vida ni un solo paso atrás , no existe canje y mucho menos rescate, la guerrilla se muere de hambre pero de mi gobierno, ni un peso.
Lamento si mis palabras provocan mil lagrimas, mil lagrimas a las que me uno sin temor a reconocerlo, pero en mi gobierno, no canje ni rescate.
En esa semana el presidente se pronuncio, dando un no rotundo a el canje y los rescates, horas después de su comunicado se informo en todos los medios de comunicación, el asesinato a sangre fría de los dos hijos del mandatario.
“Los resultados de los cambios políticos rara vez son aquellos que sus amigos temen o que sus enemigos esperan.” Huxley, Thomas Henry
|