Me robé de alguien una palabra
me presté un rato de algún reloj,
le pedí al silencio su compañía
te quedé debiendo mi inspiración.
Envolví en tinta mis sentimientos
escribí un verso del corazón
y ahora tengo una deuda escrita
guardada siempre en el cajón.
Texto agregado el 22-06-2005, y leído por 283
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Lectores Opinan
22-03-2006
Los cajones (y los cojones) son herramientas fundamentales para la construcciòn de un buen poema. (Aqui se nota a la perfecciòn).
Saludos meditaturbio