Tenía el cabello de un intenso color verde y un corte perfecto a lo punk; la anaranjada tez demostraba la buena salud del joven Zanahoria. La galante verdura caminaba muy orondo por las despensas de la cocina, deteniéndose sólo para flirtear con la bella chica Tomate, la cual se ponía aún más roja con los pertinentes piropos de Zanahoria. La pequeña escenita de seducción se vio interrumpida por el joven y alto Pepino (que era otro de los pretendientes de la chica Tomate, que como toda bella joven tenía más de un candidato a novio); tras miradas mortales y groseros intercambios de palabra, Zanahoria y Pepino se liaron a golpes, dicen que la lucha duró horas, que los jóvenes habían perdido todo el sentido del tiempo y estaban absortos en su riña. Alborotaron todos los espacios de la cocina, hasta que, finalmente, ambos completamente agotados cayeron rendidos al suelo. Cuando los encontraron Zanahoria había perdido ya su saludable color naranja y el cabello, mientras que Pepino estaba tan magullado que no era ni la sombra de lo que fue. Los dos fueron a parar al tacho de la basura que es donde acaban las verduras malogradas. En cuanto, a la chica Tomate, bueno, se fue ni bien empezó el lío espantada por la violencia de sus cortejantes y claro una joven como ella consiguió rápidamente un pacífico novio, un tanto madurito llamado Cebolla, total siempre las mejores ensaladas son de Tomate y Cebolla.