El pasado día 18 de Junio fue organizada en nuestra capital del Reino una marcha en contra del proyecto de ley que permitirá, una vez aprobado por las cortes españolas, la unión legal de personas del mismo sexo, igualando estas uniones a las de toda la vida en derechos y obligaciones y regularizando la situación legal de los miembros de estas parejas.
Esta manifestación ha sido auspiciada, alentada y coordinada por diversas asociaciones, la Iglesia y el Partido Popular. Asistieron un millón y medio de personas, según los organizadores y ciento cincuenta mil según la policía, la horquilla es amplia, pero suele ocurrir.
Creo que en España al menos, es la primera vez que se convoca una protesta contra los derechos de un colectivo, suele ocurrir al revés, las manifestaciones se organizan para exigir capacidades, no para exigir la supresión de las mismas y menos a una parte determinada de la sociedad.

Dejando aparte condicionantes políticos, que haberlos haylos, la marcha se vertebró en torno a varios temas o conceptos, a saber y según las declaraciones de los organizadores:

- La oposición a la utilización de la palabra “matrimonio” para designar a estas uniones.
- La defensa de la familia, adoptando el slogan “la familia si importa”
- La inconveniencia del derecho a adoptar por parte de estas parejas.

Ciertamente, la palabra “matrimonio” y si tenemos en cuenta su etimología y la acepción que nos ofrece el diccionario, no designaría con exactitud, de momento, a la unión de dos personas del mismo sexo. Claro que no sería la primera vez que la RAE, consciente de que las palabras van adquiriendo con el tiempo distintos significados, se adaptara con arreglo a nuevas realidades sociales.
Esta adaptabilidad de nuestra Academia, lejos de ser negativa debería alegrarnos y no creo que sea esa la verdadera razón de la movilización.

La otra razón que se aducía para la mencionada convocatoria era la “la defensa de la familia”, cuando está claro que de lo que se trata es de eso; el proyecto de ley que permite la unión legal de gays lo que trata es de regularizar situaciones creando familias y los que se acojan a el haciendo uso de su derecho no van a pretender otra cosa que la creación de precisamente… familias.

En cuanto al derecho de adopción, se trata de un debate artificial; los gays, por el hecho de ser personas y solteras ya disfrutan del derecho a la adopción individualmente sin que tenga que ser tenida en cuenta su condición; ¿Por qué habría de tenerse en cuenta en el caso de las parejas?.

En resumen, que no me convencen estos argumentos y que creo que las razones para las protestas son otras, claro que es difícil convocar una manifestación en contra de los derechos de ningún colectivo, aunque esté formado por maricas y bolleras; de ahí la operación de maquillaje para convertir una manifestación claramente homófoba en una procesión multitudinaria.

No se confundan, son ellos, los mismos, los de siempre; aunque en esta ocasión no me quede más que reconocer que hubo al menos dos mayorías que actuaron con cierta coherencia; la mayoría de los dirigentes del PP, que no asistieron y la mayoría de los obispos, que tampoco lo hicieron.