Un fuerte sonido interrumpió el silencio que era amo de esa noche. Me asuste mucho y muy indeciso de si salir o no, caminé hacia la puerta. Sin más que pensar la abrí y salí. Mientras seguía por el corredor, otra explosión remecía la tranquilidad. Salí del hotel y miré hacia la playa, la hermosa señora de Blanco estaba a mis pies reflejada en la inmensidad del majestuoso mar.
¿De dónde provenían esos ruidos tan fuertes? mientras estaba hipnotizado por la mágica noche, pude ver en el cielo una luz que se hacía pedacitos seguida de otro ruido que termino confundiéndose con el coro de las olas. Eran juegos artificiales a lo lejos podía distinguirán grupo de gente que bailaba al ritmo de no se que música, me llamó mucho la atención y comencé a caminar despacio, la arena era cálida y la brisa fresca (una noche perfecta creo).
Comenzaba a escuchar más cerca la música, era un baile que estaba de moda - no recuerdo bien cual era, pero era pegajoso y con letra sin sentido - cuando llegue al lugar me di cuenta que era la discoteca de uno de los hoteles que está junto al mar. Al principio me dio un poco de vergüenza pues solo traía un short blanco y un polo celeste, pero cuando vi a un “gringo” que bailaba solo y sin polo, pues pensé; solo una cerveza y me largo a dormir. Mientras tomaba veía como la gente bailaba y se reía. A un costado casi oscuro un tipo prácticamente le hacía el amor a un turista, que no se de donde era, ni tampoco me importa. En otro extremo un hippie saltaba y gritaba como loco extasiado y sus trenzas se contorneaban y confundían con las luces sicodélicas. Era gracioso ver a toda esa gente ahí, la mayoría ebria y creo que el intercambio de culturas era inminente, al menos eso parecía cuando sus lenguas se trenzaban en una danza aparte.
Se me acabó la cerveza y pedí otra y otra y otra… ya sentía mis manos adormecidas y eso era mal signo, el alcohol hacía su trabajo, levante la mirada y vi que en la pista de baile habían dos chicas; rubias, una alta y otra baja, blancas y muy bellas. - al final me enteré que eran de Canadá - pensé que eran lesbianas, pero en eso un hippie se acercó a la más alta por atrás y acogiéndole la cintura y al compás de la música le besó el cuello, luego la oreja, luego los labios y luego….
La otra amiga se quedó bailando sola y como todo el mundo bailaba y ya estaba un poco intoxicado de alcohol, me animé y me fui para la pista de baile, me sentía un poco idiota pero pronto se me paso, me acerque poco a poco a la chica que la amiga ya había abandonado, estaba muy cerca de ella y le sonreí, ella me sonrió y volteo, me sentí el más idiota de ese lugar, pero miré a mi alrededor y nadie miraba a nadie, seguí bailando y volví a insistir. Esta vez no aceptaría otro desplante. Ella me volvió a sonreír pero no esta vez no me ignoró, se puso a bailar conmigo.
- ¿Cómo te llamas? Me dijo con su español mascado.
- Leo. Contesté muy cerca al iodo por la música estridente. ¿Y tú?
- Meryan. Contestó.
Me preguntó muchas cosas que casi ni recuerdo. ¡ah sí! Me dijo que por qué había ido a ese lugar y porque solo. Para inspirarme en historias nuevas le respondí y ella sonrió yo vine a conocer este País y me parece fabuloso, susurro. Fue muy divertido, me contó muchas cosas, pero hacía unos gestos bastante curiosos al contarme. No se como, no se porque, ni siquiera se cuando, pero me acerque mucho a ella e intente besarla, ella correspondió al ósculo, fue muy raro no se, el caso es que no paramos de besarnos, la noche siguió su curso y los tragos atacaban cada vez más fuerte. Vamos a otro lugar me dijo. Mmmn no se ¿dónde? Pregunté en forma inocente que más pareció estúpida. Tratando de arreglarlo le dije; podemos ir a mi habitación. Ella me miró y yo no sabía si esperar un beso o una bofetada. OK. Me dijo. Cogió sus cosas, pagué las cervezas y nos fuimos. Llegamos a la habitación y se recostó sobre la cama, era muy divertida se reía por todo, bueno confieso que yo también lo hacía. Me acerqué y me dijo que le hiciera masajes.
- no soy muy bueno en eso. Le dije.
- No importa inténtalo.
- Está bien.
- ¿Te gusta?
- Si esta muy bien, sigue así.
Comencé y no paré de tocar su cuerpo, de sentir su tersura, ella traía un pantalón verde y la parte superior del bikini que era azul. Ella me quito el polo y empezó lo que más recuerdo de la noche, pero que no voy a contar porque no viene al caso.
Después de tan inolvidable acontecimiento, nos quedamos dormidos. Ya en la mañana se levantó, se cambió y se fue. No sin antes decirme que la paso muy bien y que esperaba algún día volverme a ver, no entendía pero bueno se fue. No dejó nada ni siquiera una dirección de correo electrónico, nada. solo sonreí incrédulo de lo que había pasado y seguí durmiendo.
Me levanté pasado el medio día, almorcé y me volví a dormir. Por la noche salí pero no la encontré por ninguna parte. Regrese al hotel y me encerré en mi habitación pensando en lo que había pasado hasta que me quede dormido.
Al día siguiente alisté mi mochila y salí del hotel, me iba a seguir mi recorrido. Mientras caminaba por el malecón hacia donde me recogería el bus, la vi venir y me emocioné pero venía con un tipo alto, blanco y rubio como ella. Él la abrazaba y ella se puso nerviosa al acercarse más, me miró y me dijo ¡hi! Yo solo sonreía un poco confuso y le dije ¡hi! bajé la mirada y caminé pensando en que había sido lo que pasó.
Hasta ahora fue la experiencia más marcada que tengo. Y ese mismo día juré que escribiría esta historia.
¡Ah! Digo que fue la más marcada, no por solo por lo que pasó, si no por la intriga de saber con quien iba. ¿Su enamorado? ¿Novio? ¿Hermano? ¿Esposo? Quien sabe… pero esa fue mi experiencia junto al mar.