Cae, la noche, muere el día y yo la recuerdo con melancolia. Sus ojos verdes, su piel acaramelada,
su cabello negro, su cintura delgada. Paso muy cerca a mi y solo sentí el viento de su aura al calor del verano.
Volvio su mirada y me la dirigió profunda nitida, sin parpadear y con la cara levemente inclinada hacia abajo, de medio lado de manera que el mechon de su grueso cabello, ocultaba uno de sus ojos mientras que apenas se percibia un angulo de sus labios dibujando una tenue sonrisa.
Sus delicados brazos sostenian sus manos mientras giraban y se extendían y mi mente volaba. Yo la quería, la queria para mi, la queria besar y la queria tener. Imagine mis manos en su cintura, sobre sus caderas asiendola fuertemente, acercandolas a mi cuerpo y luego sintiendo bajo la suave tela de su pantalon sus muslos fuertes, duros gruesos, acercandose a mis piernas, dejandome acariciar por su ir y venir, casi rozandome la piel, como buscando mi calor y mis manos apretandola hacia mi cada vez con mas fuerza, pero ella solo volteando su cabezahacia el frente siguio su camino y hasta hoy me recrimino, no haberle dicho que me habia enamorado. |