Un amigo te nombró despertando mi interés me quedó eso grabado sin saber quizás por qué. Te conocí en una disco y jugando comencé a mirarte a los ojos sin saber tal vez por qué. Fue una noche de otoño que al verte me quedé, sin palabras, sin latidos, sin saber tal vez por qué. Esa noche que jugando a tu amor yo conquisté me enamore locamente sin saber tal vez por qué.
Texto agregado el 07-09-2003, y leído por 227 visitantes. (1 voto)