Soy la imagen perpetuada en tu silencio,
en las horas de tu insomnio mal curado.
Cuando la noche cierra las ventanas de tu asombro,
yo camino alrededor de tu cama,
en puntas de pie,
para que no me oigas,
blanca como el fantasma
que olvido su condición
y pasea haciendo ruidos por mi casa.
De negro he pintado las paredes
para no recordar tu sombra sobre ellas,
pero asomas por debajo de mis sabanas,
y corro entonces por la carretera
me arranco el corazón en las esquinas.
Soy la imagen perpetuada en tu silencio,
soy la sangre que pisas,
soy el vacío creciendo,
debajo de tus zapatos...