No existen medidas para saber todo lo que uno puedo ganar o perder,
Para saber lo que se puede o no sentir en cada momento,
No existen suficientes situaciones en la vida que te hagan estar de vuelta,
Para poder salir de las miles encrucijadas que nos encontramos,
Caminos diferentes que nos hacen iguales y que sin motivo aparente,
Hacen que nos perdamos sin remedio entre la muchedumbre,
Hacen que sigamos el rebaño, como ovejas camino del matadero,
Cualquier apariencia diferente de lo cotidiano es rechazada por la sociedad
Exprimidera y capitalista, en la que lo homogéneo prevalece ante la originalidad,
Ante todo lo que no sea normal.
Es entonces cuando me miro a mi mismo y me veo marcado por un arquetipo guiado por la sociedad, por las circunstancias de mi nacimiento, por toda la gente que me rodea, no soy más que otra oveja del rebaño.
Toda la gente a mi alrededor camina ciega hasta el final de la calle, todo el mundo a mi alrededor me guía hacia la ultima esquina que se gira y se vuelve a girar sin remedio.
Solo los que no están ciegos se dan cuenta que damos vueltas en el mismo sentido siempre, que lo único que vislumbran nuestros ojos es la misma manzana, las mismas caras y un sentimiento de ahogo, de miedo entra en nosotros simplemente por creer que esa manzana, esa sonrisa, esa cara que estamos tan acostumbrados a cruzarnos con ella desapareciera un día, aún sabiendo que el día que tengamos el valor de cambiar de acera todo un mundo nuevo se abrirá ante nuestros ojos y aprenderemos a respirar, a besar, a darnos cuenta de lo bello que es el vivir descubriendo nuevos horizontes, nuevos soles.
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