Si algún día le piden que hagan recuento de sus logros pensaran en mil cosas, buscando el valor de sus vida, bueno, no se preocupen no la encontraran. Si a mi me preguntaran solo diré “Cuido un cadáver”.

Quizás ahora puedan pensar que soy un tonto… no importa yo a ustedes les llamo primates.

Crean o no, no es mi incumbencia, no dependo de ustedes, pero quisiera compartir mi historia y quizás entiendan; el honor de capitán, la pasión de mártir, la crudeza de mi elección.

Las memorias pasan por la mente acreditado valor romántico al pasado. De vez en cuando por eludir la crudeza del presente o para añadir un valor irreal al momento muchos se regocijan en ellas, pero no son más que fotos que guardan dejando tomar polvo, no añaden nada a ustedes. Si algún día piensan en una de esas polvorientas memorias y lo motiva a hacer algo especial quizás piensen en mí historia.

Y quien soy yo se preguntan, no se hagan esa pregunta, realmente es mas curiosidad que interés. Donde estoy es más interesante, estoy al lado del cadáver. Llorando en los momentos más débiles mientras dejo la vida drenar de mi cuerpo llevándose mi juventud gota por gota. Muchos me ven, pocos miran con afecto, lamentando ver como me mantengo sostengo cerca de mi pecho la cabeza de lo que un día fue lo más amado. Otros ven a un ridículo y se preguntan "es que no ve que esta muerta", “¿porque no la entierra?, ya esta apestando."

Se que esta muerta, su olor es mas que suficiente para recordarlo. Me causa más sufrir todo los días a mí que a todos en el segundo que contemplan, y realmente estoy aquí cumpliendo algo que nadie hará nunca porque simplemente un primate no puede entender mas que su comida y su diversión y es exactamente eso lo único que hay en su mundo.

El mío es diferente puede que sea utópico mi pensar, pero se que podíamos llegar a hacerlo junto, pero no se pudo falleciste muy temprano para siquiera verlo y nunca realmente creías en el.

Su muerte fue lenta, la agonía duro mucho, comenzó con un tumor en la mente, cáncer que creció hasta ennegrecer su pensar y todo el tiempo luchaba por aferrarse a una mentira, si hago esto, si tomo lo otro, si postergo un poco mas, todo estará bien. Yo vi la enfermedad cuando apenas era una impresión, pude hacer algo para mantenerla viva, pero no lo hice, decidí que no era lo correcto, si vivía se convertiría en otra cualquiera y como quiera no había certeza de que durara mucho. Pero me mantuve a su lado, e incluso porté ayuda para que se empeorara.

¡Dios!, como lamento se cómplice de lo que paso quisiera poder enmendar mis errores, recibir perdón de quien herí y que todo vuelva a estar bien. Pero eso solo seria una parte, por otras las cosas comoquiera empeorarían.

Luego de un año de tristeza termino con un tiempo, un tiempo para pensar, pero eso no se hizo, se lloro, se parrandeo y de mi parte la ira, la impotencia la pasión, todo se unió a un desastre y en ese momento la luna desapareció para siempre.
Estaba perdido, no se me ocurrió nada más que aferrarme, no dejar ir.

Desde ese entonces cuido su cadáver, viendo todo lo que perdí; mis hijos, mi hogar, mi felicidad, ponerme como una pasa al lado de ella, todo… Cada día veo su belleza, deseando otros la conozcan, no quiero ser egoísta, no quisiera que todo el mundo tuviese la suya, pero no lo logran se ciegan lo dejan ir y eligen algo más fácil, mas temporal.

¿Porque cuido un cadáver? Porque fue parcialmente mi culpa su muerte y debo aceptar mi responsabilidad y si ¡se que puede resucitar!, malditos incrédulos solo necesito mi luna.