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Ya está, por fin estoy en marcha. Aunque cuánto tiempo hace que tendría que haberme puesto a palear. Pero no, siempre buscándole la séptima pata al gato, queriendo redimir a la humanidad, haciéndome cargo de las giladas ajenas. ¿O voy a mentir y a decir que no me daba cuenta de que nunca doy vuelta los partidos, que lo único que quedaba eran el par de minutos de descuento y que la clasificación ya estaba sellada? Aunque ahora hay que ver quién pasó de ronda. Si lo podía palpar, Javier siempre estuvo en la otra orilla, y el lecho del río no daba pie para tender el puente. Apenas una tregua para remar en la balsa, y eso cuando había suerte. Bueno, todos los días no se viven cosas así, no siempre uno aprende tan claro cómo portarse en sociedad.
Esta tierra sí que está bien dura. Pero aunque vaya a los tumbos consigo que ceda y paso adelante. Tendría que haber traído guantes, pero andá a saber cuándo me los iba a poder robar. Alguna vez las manos se me iban a tener que llenar de ampollas, pero lo vale. Que me sirva para no olvidar. Ahora en dónde comenzó a bajar la pendiente. ¿Aquel verano con esa primera minita que le duró más de una noche? ¿Cuando en vez de ayudarme con química durante el año vio que era mejor dejar que me la llevara así cada vez que hubiera que recuperarla tenía que buscarlo y estar en deuda con él? ¿Cuando empecé a gastar suelas siguiéndole ese rastro esquivo que deja? Apenas salga de acá voy a pensarlo detenidamente, ahora tengo que seguir agrandando este túnel. Ojalá no rompa ningún caño, ahí sí que no sé cómo voy a subir si esto se inunda o se llena de gas. No pensés en eso, boludo, seguí trabajando. Sí, perdí el dominio ese verano, no hay otra, más de un mes desaparecido y yo esperando, mendigándole un poco de su presencia.
Y el verano siguiente tuve mi oportunidad con Natalia, por fin hubiera estado con alguien a quien yo le importaba. No sólo hubiera cambiado mi situación ante él sino que además me habrían amado. Pero nunca me jugué por Natalia porque jamás sentí esa pasión por ella con la que me mentí. Nadie me pidió que me hiciera cargo del abuelo cuando lo internaron ese mismo verano. Y estaba servida. Como el día que volvió de las vacaciones, que me contó que la amiga que la llevó conoció a un pibe en las sierras y se cortó sola, dejándola con los viejos y con el hermanito, dos semanas perdidas en el aburrimiento. También tendría que haber traído una linterna, pero si esperaba hasta tener todo no me iba a ir más. Aparte lo único imprescindible son las herramientas. Esa tarde que volvimos a vernos si que quería que yo la mimara. Debería haber empezado con un inocente abrazo de consuelo, mientras me hablaba. Después iban a seguir las caricias y los primeros besos que nunca nos dimos, y eso no hubiera sido todo. Pero tuvo que verme mi vieja para gritar desde la ventana “andá a pagar el teléfono, recién vengo de cuidar a tu abuelo y estoy cansada”. La puta que está pesado y falta el aire.
Algo intuía Javier en el último tiempo, algo vislumbraba. De un día para el otro su mentalidad ganadora le dio lugar a esos presagios de soledad. De acá a un par de años me veo más solo que un perro, repetía. Mis amigos no van a llamarme mas ni van a querer saber nada conmigo, tampoco voy a salir con minas ni voy a tener laburo, voy a arrastrarme como un mendigo. Lo que menos iba a creer era que yo sería el primero en darle ese gusto, tan satisfecho se siente rodeado de sus obsecuentes. La verdad que no sé qué le ven a Javier, será simpático, canchero, piola, pero en el fondo es egoísta, y en su pequeño universo no hay mucho más allá de él. Supongo que algún día se darán cuenta y va a quedarse solo como andaba repitiendo, pero qué me importa, tengo que concentrarme en escapar.
Se nota que recién llovió por acá, porque esta tierra está húmeda. Mejor, así aprovecho este tramo para acelerar la construcción, que ya quiero volver allá arriba. Igual tengo que tantear con cuidado antes de arremeter, más yo que soy tan torpe con las manos. Si tuviera amigos que me ofrecieran todo lo que le ofrecen y me idolatraran sería medio déspota, ni hablar, pero trataría de darles algo. Porque a él siempre le presentan minas, lo llevan a jugar partidos y lo invitan a comer asados, sin recibir nada a cambio, y más vale que lo van a abandonar, tarde o temprano. Igual no soy quien para juzgar a sus amigos, si yo lo formé como cocinero. ¿Qué no le facilitaba?, cuando no era prestarle mi cocina o mi horno le compraba los mejores ingredientes, y si no hubiera estado guiándolo y mostrándole lo que no entendía ahora no tendría ese diploma. Cierto que yo lo hacía para que me hiciera entrar a su camarilla, así jugaba a la pelota con ellos y me presentaba a las minitas de su círculo, pero si no gasta un pulso de teléfono a menos que necesite algo no me iba a dar de probar de sus chicas. Pero también es cierto que ahora que va a tener que trabajar por un sueldo va a estar bien jodido sin su ángel de la guarda.
La próxima vez que conozca a otra personalidad dominante como él voy a ir más despacio, no voy a apabullarlo de atenciones sin recibir algo. Nadie va a volver a tenerme en su puño. Dios, qué vergüenza haber estado a la sombra de ese pendejo, si aunque sea hubiera sido alguien a quien no le quedara tan grande esa camiseta todavía. Tengo que trabajar más fuerte, así no pienso. Ahora hay algo más sólido en el camino, deben ser cimientos o algo así. Voy a tener que pegar un rodeo para seguir. Admito que durante largos meses parecía que habíamos fraternizado, cuando empezó a estudiar y trabajábamos en equipo, y que ahí creí que por fin iba a ser parte de su banda. Pero es un sutil hijo de puta, sabía que me gusta cocinar y se acercó con humildad. Todos sus profesores estaban encantados con sus platos y lo destacaban siempre, y algo de ese crédito me alcanzaba. Pero otra vez volvió a alquilarme. Y al final tuve la posibilidad de cagarlo, de borrarme antes de que tuviera que rendir los finales, dejarlo en el aire a ver cómo se las arreglaba sin mi ayuda, a ver si iba a conseguir el título. Pero como un boludo seguí adelante y se quedó con todos los honores. Encima esos últimos meses la mala onda entre nosotros era como una presencia, casi se podía tocar con las manos. Siempre nos quedábamos callados, en un silencio incómodo y aplastante, y nos mirábamos sabiendo que ya no quedaban más palabras entre nosotros. No sé qué otra señal necesitaba para darme cuenta que entonces era el momento en que tenía que abrirme y hacer la mía.
La vez que lo estaba ayudando a practicar con ese lomo relleno envuelto en panceta. Mientras yo picaba las verduras del relleno y él sellaba el lomo en la sartén vino Juani a golpearle la puerta y bajaron a hablar, como una hora. Aunque el otro sea su hermano casi, y que desde que se mudó pasan meses sin verse, esa era una noche de invierno que fui a ayudarlo, y si entonces me hubiera ido para que Javier usara esa panceta para envolver el pedazo de carbón en que se iba a convertir el lomo no habría sido por culpa mía.
También yo mismo me jodí cuando lo elevé al nivel de mi confesor personal. Una sola vez, nada más, que me hubiera desahogado contándole todas mis frustraciones puede pasar y está bien. Pero cada vez que nos veíamos remachándole la cabeza media hora o más, siempre con lo mismo. Con la piba que se la movieron la mitad de los chabones del barrio y no se deja embarazar, con el enano robacunas que va a comerse a la bombita sexy de cara inocente y ese culo que está como para hacer un nido, con el flaco teñido que no es mejor que yo y está con Natalia. ¿Y si no es mejor entonces por qué es el novio? Fui como la almeja. Sé que no es normal esta puta vida mía llena de trabas, y seguro que alguien me hizo un gualicho. Por eso tengo que avanzar este trabajo, para salir adonde nadie me conozca ni sepan de mi pasado.
¿Acaso no me jodí también con Natalia? Siempre digo que nunca sale de su casa más que para ir a la escuela, ni siquiera va a hacer las compras, viviendo a la sombra de su vieja sobreprotectora, pero yo nunca la invité a caminar, ni le dije de irnos a sentar afuera, en su jardín, así hablábamos solos. No tenía ninguna necesidad de gustarle a la vieja, de caerle simpático para allanarme el camino hacia Natalia. Pero si no le pongo el último moño a las cosas entonces no las concreto. Si le caigo bien a la madre de la minita en cuestión es otro tema, que después puedo trabajarlo o no, siempre que ya tenga asegurada a la minita. Acá tiraron escombros o que, según donde clave el pico encuentro tierra blanda o algo muy duro, así que mucho cuidado ahora.
Y las pibas son peores que sus amigos. Siendo que las mujeres siempre tienen el control no sé cómo hace ese pibe para ser más sutil y hacerlas caer. Ya se que hay quienes les gusta ser sometidos, que les atrae esa cosa oscura, sentirse despreciables, si yo hice lo mismo. Dale, Javier, contame adónde fuiste a bailar con los pibes, cuántas te transaste, contá algo. No. Así, cortante y seco. Pero esa actitud en las minas, que manejan todos los hilos en una relación, no puedo entenderla. Si fuera fachero o se portara como un negro en la cama al menos valdría la pena para ser basureadas al final. Pero esa cara de pájaro que tiene y su diente de adelante roto no lo ayudan mucho. Y además es virgen. Dice que espera hasta enamorarse por primera vez, pero a mí me parece que es puto o que sólo sabe usarla para mear y nada más. Andá, gil, hacete coger que te hace falta y después hablá.
Tuve que romperle la punta a la pala, para qué. Igual todavía sirve, pero voy a remover algo con los dedos, si sólo es barro. R me cantó la posta cuando me enseñó que apostara por mí desde la honestidad, desde mi honestidad. Tal como ella lo hubiera querido, estoy haciendo uso de mi libertad de irme. Por el momento Javier sigue satisfecho con su ego y sus aduladores y no me va a echar de menos, pero paciencia no me falta para sentarme a esperar que pase su funeral enfrente mío. Estoy sangrando ahora, las manos me van a quedar llenas de cicatrices, pero puedo sentir que ya llegué. Sólo un poco más y voy a volver a caminar por las veredas de piedritas de mi barrio.



Texto agregado el 18-06-2005, y leído por 121 visitantes. (0 votos)


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