Shock emético post expiración
Las sábanas contenían el sudor de la desesperación de Sergio ante tales imágenes vívidas que le llegaban. –Pesadilla o realidad- se preguntó…
Se sacudió de las sábanas impregnadas de su humedad y se levantó atontado, anonadado para caminar hacia el espejo de su baño. Se vio oscuro, más gris que de costumbre…
Ya en la ducha, entre fría y caliente –extremista ducha de mierda como yo!!- pensó en un grito interior, al sentir la cambiante temperatura del agua en su cuerpo, se sumergió de lleno en su noche que ya moría junto con unas horas más de su propia existencia.
Ya en la calle, caminaba sin rumbo, buscando esa inspiración que pudiese plasmar en ese poema que desesperadamente buscaba para capturar el corazón volátil de su musa perdida.
Llego a su esquina preferida, como autómata, encendió un cigarrillo, aspiró y aspiró sin pausa hasta que se detuvo ante la angelical imagen de la mujer que se le acercaba raudamente. Le asombró el rojo intenso y natural de su corta cabellera trozada a tijeretazos, ojos, boca, nariz, labios… todo en ella sonrisa y sensualidad. Vestida destartaladamente con jeans anchos descoloridos al máximo permisible y una blusa naranja dentro de la cual se sugerían unos pechos armoniosos…
Ya frente a frente, ella sonriendo,él como viendo un fantasma, se movieron al unísono para caminar hacia el bar más próximo…
en la entrada, el garzón les señaló una mesa mientras le dirigía con manifiesto asombro: ya llegaron?... Señor, my lady… su… su funeral es dentro de un día no hoy…
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