Juventud Desencantada
Es cierto, yo soy joven y no tengo esperanza en el mundo. Hasta hace unos días yo insistía con el cuento de ser feliz pues el mundo era lugar con las oportunidades para ello; haciendo un recuento de las noticias que he visto desde hace un muy buen tiempo y puedo decir que el mundo ya inicio su muerte.
Confieso que no he sido un efectivo defensor del ambiente y de la gente, y ahora creo que ya es tarde; basta con ver los noticieros y no sólo están llenos de violencia, los desastres naturales ya se hicieron habituales como los conflictos entre los humanos, casi a diario un poblado es arrasado por las aguas, una montaña se viene abajo, un río se lleva personas.
Señoras y señores el mundo está llegando a su final, la tierra ya no nos soporta, somos muchos humanos, comemos mucho, construimos mucho, y estoy seguro que el planeta va a querer equilibrar las cosas. Ahora nos sentimos muy seguros en nuestros modelos económicos, nuestros desarrollos tecnológicos pero nada de eso nos va a salvar de lo que naturaleza puede hacer con nosotros.
No quiero tener hijos, de hecho invito a quienes me lean que no tengan hijos, es en cualquier momento en el que el planeta tome por sus manos la justicia, y de nosotros y nuestras familias no va a quedar ninguno.
Es tan real esta situación que la naturaleza, y en específico nuestra naturaleza como humanos, nos está impulsando a matarnos. Los animales que son territoriales no defienden simplemente un pedazo de tierra, encierran sus medios de supervivencia y reproducción, y nosotros hacemos lo mismo y vamos a terminar enterrados todos.
Tampoco puedo aconsejar que la gente se suicide, pues no es una salida digna, es más pienso que aquellos que ya estamos viviendo debemos observar como nuestra especie se hunde, porque algún día cuando ya nada quede de la humanidad no importará lo que hayamos dicho o hecho, nadie lo va recordar.
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