Juro que no quise hacerlo. Ella siempre ejerció una gran influencia sobre mis decisiones y se aprovechóSeduccion mortal. de ello hasta el último momento.
Esta vez rebasó todo limite. Aun no logro asimilarlo, mas por mí que por ella, nunca me creí capaz de llevarlo a cabo.
Sus extrañas costumbres siempre me atrajeron aunque no las compartía y hasta cierto punto me atemorizaban. Nunca comprendí sus motivaciones como tampoco el hecho que yo la secundara incondicionalmente pese a que reprobara cada uno de sus actos. Talvez era temor a enfrentarla talvez... otra cosa.
El solo hecho de recordar la sangre goteando del estilete enterrado en su cuerpo aun me provoca escalofríos, pero lo que más impresionó fue mi sangre fría para seguir al pie de la letra sus instrucciones, quizá fuese porque inconscientemente yo también deseaba aquello.
Ahora estamos unidas eternamente, aunque mis manos están manchadas ¿Que importa? si después de todo es la misma sangre que fluye por mis venas ahora. Mi cuerpo aun me pertenece, pero es su espíritu el que lo habita, esta extraña alquimia ha logrado unirnos mas que cualquier acto físico o lazo sentimental.