Ambar y el planeta multicolor (Capitulo 4 - El último)
© 2005 Alexandra Riera
Capítulo 4
“Pobrecilla” dijo el Sr Meno, “se ha desmayado del susto”.
El Sr Funchi la miró atentamente e hizo algunas notas en su cuaderno. “No le pasa nada;” dijo, “creo que se asustó y nada más. Aquí tengo unas sales que la ayudaran a despertarse” y esto dicho, sacó un botecito de su maletín, lo abrió y espolvoreo unos polvitos brillantes de color rosa sobre su cara.
“¡Socorro!” Gritó Ambar, levantándose de un salto y cogiéndose a su madre.
“Tranquila, hija mía” le dijo La Sra.. Meno mientras le acariciaba la cabeza. “No pasa nada, este señor viene del colegio, no es ningún marciano.”
Ambar se escondió detrás de su madre atemorizada.
“Pero mamá,” decía sollozando, “¡mira las ropas que lleva! ¡Mira que cara!” Decía ya llorando.
El pobre Sr Funchi empezó a ponerse nervioso y a tocarse los granos asquerosos que tenía en la cara. Al final, de tanto tocar se puso colorado.
La Sra. Meno se agachó y le dijo en voz baja en la oreja a Ambar: “Ya sé que parece un marciano, cariño, pero no lo es. ¿A que es feo?”
“Horrible” le susurró Ambar a su madre. “A lo mejor es de esa nave que se estrelló en nuestro planeta”
La Sra Meno quedó sorprendida al oír eso. Se levantó, cogió a su hija de la mano y se la llevó aparte.
“Ambar, me parece que no me has escuchado bien, este señor no es ningún marciano. Es un medico que ha venido a averiguar por qué eres de color naranja” Le dijo su madre mientras la abrazaba.
“Pero mamá..” protestó Ambar mientras se apartaba de su madre. “Tu me dijiste que soy de color naranja porque vengo de un planeta multicolor.”
“No cariño mío, tu no vienes de ningún otro planeta nada más que de éste. Eso te lo dije porque estaba muy ocupada y no tenía tiempo de explicarte nada.”
Ambar pareció quedarse más tranquila pero seguía mirando al Sr Funchi de reojo con algo de miedo.
“Y que hacemos con el marciano?” le preguntó Ambar a su madre.
“Ven.” le dijo mientras de la mano se acercaban a donde habían dejado al Sr Funchi con el Sr. Meno, “Este señor nos dará una explicación a tu color”
El Sr Funchi había recuperado su color original pero los granos seguían en su cara. Se agachó y le dijo despacito a Ambar: “¿Qué es eso que llevas en los bolsillos?”
Ambar se miró los bolsillos y con una gran sonrisa le dijo: “¡Zanahorias! Están buenísimas, son de mi madre, ¿quiere una?”
El Sr Funchi vió entonces que Ambar tenía algo entre los dientes. “Me permites que vea lo que tienes entre los dientes Ambar?” le dijo mientras acercaba sus largos dedos a su boca.
Ambar miró a su madre y cuando vió que le dijo que sí con la cabeza, abrió la boca bien grande.
“¡Aha!” dijo el Sr Funchi, “¡Zanahorias!”
“¡Pues claro!” Exclamó el Sr Meno, “¿Que otra cosa iba a encontrar si se pasa el día comiendo zanahorias?. Zanahorias con el desayuno, con el almuerzo, con la comida, la merienda y la cena. ¡Mira cómo lleva los bolsillos! ¡Llenos de zanahorias!”
El Sr Funchi se levantó, sacó su cuaderno otra vez y escribió unas cosas. Luego se dirigió a Ambar y le dijo: “Estás de color naranja de tanto comer zanahorias. Solo tienes que dejar de comer zanahorias y te pondrás de tu color normal.”
“¿Entonces….” Le preguntó Ambar con lagrimas en los ojos, “¿No podré comer más zanahorias? ¿Nunca?”
“Si que podrás” le contestó el Sr Funchi, “pero no debes comer tantas.”
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Fin
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