Dos enormes e inestables pilas de libros enmarcaban el holoplasma frente al cual el redactor Guomordeaux escribía sus artículos sobre morfing animal para la 3K MorfingMagazine. Un triple bip resonó en el neurocable del escritorio; Guomordeaux lo cogió con dos dedos y se lo introdujo en el puerto que tenía oculto tras la oreja izquierda. Con un rápido movimiento de párpados dio la orden “recibir”. La estática empezó a sonar en su cabeza, convirtiéndose al instante en un agudo pitido que se deshizo en un “blob” sordo. El mensaje empezó a reproducirse en su cabeza.
13.38 pm. Sebastián Guomordeaux. Tieneeee ussssted cin-CO men-sajes nuevos.
Seleccio-neop-ción:
Repro-ducir.
Archi-var.
Sebastián anotó mentalmente que tenía que cambiar el reproductor expresivo de su neurocable. A continuación seleccionó “Reproducir”.
Mensa-je uno-de-tres. 13.37 p.m.
Direc-tor Mabuse.
¡¡¡Sebastián!!! Llevo doce minutos esperando el artículo sobre el nuevo modelo de zarpas de oso pardo ibérico de GenArt. Sabes que no me gusta vender basura desactualizada, joder. Tenía que haberse proyectado en los holoplasmas de nivel A1 a las 13.25 p.m. ¡Quiero ese artículo circulando en un nanosegundo, joder! ¡Joder!
Fin-del men-saje.
Mensa-je dosde-tres. 13.37 p.m.
Hor-ny Trip Agen-cy.
Estimado señor Guomordeaux:
Nos complace informarle que su solicitud de crucero de dos días por el caribe ha sido aceptada.
Tal y como solicitó, su camarote dispone de ducha de luz y dos visitas diarias de la señorita Belén-H, elegida por usted mismo a través de nuestro neurocatálogo de relax.
El coste de las vacaciones (390 créditos) ya ha sido cargado a su cuenta de ocio del Banco Funny.
Un cordial saludo, su agente de ocio.
Mark Magallanes.
Fin-del men-saje.
Mensa-je tresde-tres. 13.37 p.m.
Corte territo-rial dejus-ticia.
SABIO 12.
La corte territorial de justicia le comunica que el ciudadano Lars Jensen, habitante del sector 5 del nivel B3 de la ciudad de Valencia ha interpuesto una denuncia por difamación hacia su persona a las 13.35 pm del día de hoy.
La corte provincial de justicia le insta a que se conecte a la terminal jurídica instalada en el recibidor de su torre en cuanto finalice su horario laboral, a las 14.00 p.m., para proceder a la resolución de la demanda.
La corte provincial de justicia le recuerda que si no está conectado entre las 14.01 y las 14.05 p.m. de hoy, y según el artículo 58 de la Ley Total SABIO, se procederá a sumarle dos puntos agravantes por impuntualidad.
Recuerde que la suma de diez puntos agravantes supone la derogación de su calidad de ciudadano.
Muchas gracias.
No hay más-men-sajes.
La estática volvió a llenar la cabeza de Sebastián, que se sacó el neurocable mientras daba un bufido de resignación.
A las 13.39 pm, los 245 holoplasmas callejeros del nivel A1 empezaron a emitir un nuevo reportaje del más prestigioso programa sobre morfing animal: 3K MorfingMagazine, conocido por todos como 3KMM.
Las imágenes mostraban a un hermoso muchacho rubio con el torso desnudo paseando por un frondoso bosque de secuoyas. De fondo sonaba la canción Wonderwall de Oasis, un grupo inglés del siglo pasado, perteneciente a la corriente musical que se convino a denominar por la prensa especializada como Brit Pop. La música pasó a segundo plano y una vigorosa voz masculina de algún actor muerto comenzó a recitar las palabras escritas por Sebastián Guomordeaux: “Los laboratorios GenArt acaban de presentar su nuevo modelo de zarpa y han querido que los expertos de 3KMM sean los primeros en probar...” En ese instante el holoplasma mostró la mano derecha del muchacho anónimo. Estaba recubierta de un suave pelaje pardo hasta el codo, los dedos se habían acortado y la palma de la mano se había transformado en una dura y resistente superficie almohadillada. El modelo pasó su mano izquierda humana por el dorso de la zarpa derecha hasta acariciar cinco enormes garras negras en el lugar donde una vez hubo unas uñas. La voz varonil proseguía: “... Los laboratorios GenArt han sido los pioneros en desarrollar esta atractiva zarpa tras una ardua labor de investigación genética a partir del adn del plantígrado extinto a principios de siglo, y 3KMM ha comprobado en su entorno como se adapta perfectamente a las exigencias de la naturaleza...” El muchacho comenzó a trepar por el tronco de la secuoya con pasmosa facilidad. “A nivel estético, GenArt ha realizado un trabajo revolucionario, desarrollando las garras en auténtico acero inoxidable...” Ahora se podía ver al atractivo modelo pescar salmones en medio de un río con la naturalidad de quien lo ha hecho durante toda su vida. “...Siente el poder de un oso”, decía la viril voz.
Tuggs se rascó la cabeza y notó los enormes cuernos de carnero que le había regalado su novia Victoria el día que hicieron un mes juntos. “Mierda”, pensó, “esa zarpa sí que es realmente brutal, crackea increíble; y no estos jodidos cuernos de cabrón que todo el mundo lleva.”
-Hey, Tuggs, deja de babear con ese nuevo juguete de GenArt, ¡jajaja! Te estás convirtiendo en un auténtico adicto a los implantes.
Tuggs, frunció el ceño y escupió el chicle que mascaba.
-Oh, cállate Javi. Cada día eres menos crack- dijo mientras devolvía su atención al holoplasma.
Tuggs del Vinarri y Javi Purdue acababan de salir de las duchas de luz que estaban frente al mayor holoplasma de la Plaza de la Alianza del nivel A1. Tuggs y Javi se habían ganado una merecida fama de sentenciados desde que decidieron abandonar la Academia Formativa cuando cumplieron 15 años. En los dos años y medio que habían transcurrido desde entonces lo único que habían hecho era buscarse un problema tras otro, lo cual les había conducido a tener una media de más de 2 juicios diarios, todos con sentencia punitiva para ellos.
Todo un récord para unos acomodados habitantes del nivel A1.
El ascensor tardaba exactamente 43 segundos en recorrer la distancia entre la planta 21 y el recibidor de la torre “Bahía Playa III” del nivel C3, dónde Guomordeaux tenía su aséptico apartamento de 15 metros cuadrados. Eran las 14.04.25 cuando Sebastián salió del ascensor, por lo que tuvo que aligerar el paso para llegar a la terminal jurídica a tiempo, si no quería tener un agravante de impuntualidad en el juicio al que acudía como parte demandada.
La terminal jurídica de la torre Bahía Playa III era un modelo algo desfasado, pero eficaz.
Un estancia circular, albergaba el nódulo de SABIO, que pendía del techo como una gran bola de cristal de discoteca de los 70. Como en los antiguos peep-shows donde parejas de enormes atributos ofrecían sexo en directo, 50 pequeñas habitaciones rodeaban el nódulo formando un círculo perfecto.
Sebastián abrió la puerta de la habitación número 29 y se sentó en el sillón acolchado. Posó la palma de la mano derecha sobre la pared que tenía delante y ésta empezó a perder opacidad hasta ser completamente transparente. Al otro lado estaba el enorme nódulo SABIO, satisfecho y resplandeciente. Sebastián susurró su nombre completo y a continuación se abrió una pequeña abertura en el nódulo. En menos de un segundo un neurocable salió del pequeño orificio y atravesó la pared transparente en dirección a Sebastián, que lo cogió y se lo introdujo en el puerto que tenía tras la oreja izquierda.
Bzzzzzz... La estática resonó en su cabeza y cerró los ojos. Con cierta indiferencia y un poco de hartazgo, Sebastián estaba dispuesto a afrontar su quinto juicio en ocho meses.
Una orquesta y un coro invisibles empezaron a interpretar el Carmina Burana a un estruendoso nivel y una asombrosa calidad. La oscuridad artificial que rodeaba la conciencia de Sebastián empezó a palidecer al tiempo que la música aumentaba de volumen, mientras miles de pequeñas luces de colores estallaban en explosiones mudas; dando lugar cada una de ellas a multitud de figuras geométricas, también de colores, aunque algo más pálidas. A continuación las minúsculas figurillas comenzaron gravitar alrededor de un punto invisible en la cada vez más tenue oscuridad, asemejándose a una bandada de pájaros que se mueve sincronizadamente, como si fuese un solo animal. El Carmina Burana llegaba a su pasaje más épico –el coro ya se desgañitaba- cuando la bandada de figuras geométricas de colores comenzaba a conformarse en las formas reconocibles de cinco letras plateadas: S-A-B-I-O. En ese preciso momento la música cesó y dio paso a una ráfaga musical más propia de un informativo de holoplasma, pensó Sebastián. A continuación, una hermosa voz femenina resonó en la cabeza de Sebastián: “25 años trabajando por una sociedad más justa”, decía, y la oscuridad se convirtió en una cegadora luz blanca al mismo tiempo que un agudo pitido se deshacía en un “blob” sordo.
Sebastián se vio a sí mismo sentado en el extremo de una mesa alargada y blanca. Alrededor, la luz blanca se había convertido en cuatro paredes enyesadas. Al otro extremo de la mesa reconoció a un tipo de aspecto enfermizo. Era sin duda Lars Jensen, el demandante. Sebastián hizo memoria y determinó que no había visto a ese tipo en su vida ¿Por qué coño le habría demandado?.
La enorme mesa se iluminó súbitamente, adquiriendo un tono rojizo, lo cual indicaba el inicio del careo.
-De acuerdo con la Ley para la Resolución de Conflictos entre Ciudadanos, -la mesa empezó a hablar; en el acento de cada palabra, la luz rojiza de su interior parpadeaba ligeramente- se les ha citado hoy aquí a raíz de la demanda interpuesta por el ciudadano Lars Jensen, habitante del sector 5 del nivel B3 de la ciudad de Valencia, en contra del ciudadano Sebastián Guomordeaux, habitante del sector 1 del nivel C1 de la ciudad de Valencia.
La voz cesó y el silencio se apoderó por un segundo de la sala. Sebastián adivirtió que la cara de Lars Jensen mostraba una extraña mueca difícil de descifrar.
-Ciudadano Lars Jensen, exponga el motivo de su demanda- dijo la voz de SABIO desde la mesa.
El tal Jensen se puso en pie, al tiempo que se subía los pantalones y se desabrochaba un botón de la camisa. Parecía tenso.
Bueno... pues...- sacó un pañuelo del bolsillo y se lo pasó por la frente perlada de sudor- esto me resulta violento, no soy un hombre aficionado a estas cosas...
-Ciudadano Jensen, por favor, exponga su caso- la mesa parpadeaba de nuevo- sabe de la absoluta confidencialidad de los procesos.
-Sí, sí, claro- Lars se volvió a meter el pañuelo en el bolsillo- no pretendía...
-Exponga las razones por las que ha demandado al ciudadano Guomordeaux, POR FAVOR.
Para ser una mesa parlante, la voz había adquirido un tono que imponía respeto.
-Perdón, sí.- Lars Jensen carraspeó llevándose una mano a la boca- Nunca he sido un gran aficionado a los implantes genéticos, -dijo- sin embargo Petra, mi mujer, los adora. Siempre me está diciendo que a ver cuando me animo a hacerme uno, que a ella le encantaría verme con los ojos de un tigre o con las alas de un águila imperial a mis espaldas. En fin, ese tipo de cosas.
-Prosiga- la voz de SABIO tenía un efecto calmante e intimidador a la vez.
-Bueno, últimamente Petra y yo estábamos pasando una mala racha. Yo estaba muy volcado con mi trabajo y, la verdad, no le hacía mucho caso. En fin, la cuestión es que la vi muy apagada, un poco deprimida. Fíjese que llevaba cinco semanas sin cambiar de implante, ni siquiera se daba duchas de luz. Así que decidí darle la sorpresa de implantarme por primera vez. Implantarme algo que realmente le hiciese mucha ilusión.
Sebastián ya se empezaba a imaginar lo que venía a continuación. El tipo diría que vio un implante animal en 3KMM, que decidió hacérselo y que no le había dado los resultados esperados. Lo de siempre. Todos las demandas que recibía eran iguales, clientes insatisfechos con el producto alegando una información parcial y sesgada por parte de los redactores de 3KMM.
-Petra siempre me decía que tenía la fantasía de probar... –Jensen tartamudeaba- bueno... que siempre le había llamado la atención probar un implante de clase TX...
Al escuchar estas palabras una señal de alarma se disparó en la cabeza de Sebastián. “Joder”, se dijo a sí mismo, “esto no me gusta. Jamás nadie ha realizado una demanda por problemas con un implante TX genital. Esto es más peliagudo de lo que había imaginado.”
-Por favor, ciudadano Jensen continúe- la mesa hablaba con el respetable tono de un juez justo pero severo.
Jensen bajó ligeramente la cabeza, parecía como si quisiese salir de allí corriendo. Era un hombre completamente avergonzado.
-Bueno... –dijo de forma casi inaudible- Petra me pidió que me hiciese un implante TX equino. Y me lo hice.
Por un instante pareció que aquel tipo se iba a derrumbar allí mismo, sin embargo Jensen carraspeó y adoptó una impostada postura de dignidad lacerada. Su mirada era mucho más decidida.
Sebastián empezó a repasar mentalmente todas y cada una de las cláusulas de su contrato, sabedor de que un juicio como el que se estaba desarrollando podía sentar jurisprudencia y ser ejemplo para las nuevas generaciones a costa de su ya maltratado y pelado culo. Tenía que dar una buena réplica a SABIO.
-Tras implantarme el TX equino -prosiguió Jensen- reservé una de las mejores habitaciones del Hotel Malvarrosa, una de esas en las que aún se puede ver el mar y que tienen... En fin, iré al grano. –la voz de Jensen adoptó un tono mucho más severo de repente- La información de 3KMM decía que el implante TX que me hice, el “Semental Pure Blood”, era infalible a la hora de proporcionar una relación sexual extraordinaria, mejor que el sexo tántrico, decían, lo cual, evidentemente, no fue así.
En ese momento Jensen levantó un brazo como si fuese un niño que pide la palabra en el colegio, y acto seguido la mesa habló.
-El ciudadano Jensen –dijo la fantástica voz del mueble- ha solicitado la proyección de unas imágenes que ha traído consigo a modo de prueba gráfica que ilustre su declaración, ciudadano Guomordaux. La Ley para la Resolución de Conflictos entre Ciudadanos, así lo acepta. Veamos las imágenes.
Una proyección holográfica de gran calidad surgió desde el centro de la mesa. La imagen mostraba en tres dimensiones el aparato genital de la mujer de Lars Jensen, completamente desgarrado, con cicatrices en los labios superiores y pústulas sanguinolentas por todas partes. “Es asqueroso”, pensó Sebastián.
-Así ha quedado el sexo de mi esposa- Jensen hacía gala ahora de una tranquilidad sorprendente para ser el mismo hombre que unos minutos antes se había sentado frente a Sebastián- Todo parecía ir bien hasta que llegó el momento del, ejem, del éxtasis. Cuando yo iba a... cuando yo iba a eyacular –el tono de voz de Jensen se endurecía por segundos- el implante se hinchó de tal forma que... bueno, ya lo han visto. –apuntó mientras señalaba la proyección holográfica- Gracias a dios, el implante TX recobró su diámetro normal a los pocos segundos y yo he podido quitármelo sin sufrir ningún daño físico, pero mi mujer, la pobre Petra... necesitará de nanocirugía, eso seguro.
La cabeza de Sebastián trabajaba a mil por hora en busca de una nueva réplica, pero aquello era nuevo. Era la primera vez que alguien denunciaba un fallo en los implantes genitales, los más perfectos y los más caros.
-Por esta razón,- Jensen miró fijamente a los ojos de Sebastián- demando al ciudadano Sebastián Guomordeaux, porque él firmó el reportaje del implante “Semental Pure Blood” en 3KMM.- Jensen calló por un segundo, con un claro sentido del dramatismo escénico
-Acuso a Sebastián Guomordeaux de proporcionar información incompleta y de no advertir de los riesgos del implante sobre el que escribió. Lo acuso también de NEGLIGENCIA PROFESIONAL y de poner en peligro la sexualidad de mi mujer y la mía propia.
La mente de Sebastián se quedó en blanco al oír las palabras NEGLIGENCIA PROFESIONAL. Eso no era nada bueno, en absoluto. La negligencia profesional estaba penada con la derogación de por vida de la calidad de ciudadano. No era comparable ni mucho menos con una acusación de proporcionar información incompleta o sesgada, no. Eso eran palabras mayores. Eso podía significar el final de su carrera profesional y una buena temporada en alguna de las urbanizaciones-vertedero del extrarradio de Valencia.
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