Contaba el mentiroso y fabulador de Andrés que a menudo tiene experiencias extrasensoriales, que en las noches se desdobla, viajando por cuanto lugar se le ocurra, que esto es pan de cada día, que a veces es acompañado por seres inmateriales y en otras se encuentra a boca de jarro con los más connotados personajes del más allá. Yo lo miro con ojos escépticos porque el tipo siempre me ha parecido un farsante redomado que ni se arruga cuando de inventar historias se trata.
Imagínense que el otro día contaba que estuvo conversando toda la noche con Jesucristo, que este lo amonestaba por su vocabulario de carretonero, que lo aconsejaba con su voz suave y que el agachaba la cabeza para contraatacar por el flanco que le parecía más débil, es decir, haciéndole notar la inutilidad de su sacrificio. Incluso tuvo la desfachatez de decir que Jesucristo se había quedado mudo ante la elocuencia de su discurso y le había prometido que si en una de esas se decidía a regresar a esta tierra, el sería llamado a acompañarlo como un nuevo apóstol. Yo me quedé pasmado ante su frialdad para mentir porque pienso que todo eso lo imagina este tipo y luego lo adorna con su lenguaje florido para dejar boquiabierto a su incondicional auditorio.
También nos ha comentado del hilo de plata que enlaza nuestra alma a nuestro cuerpo y que en el caso suyo ya ha sufrido varias averías puesto que su inquieto alter ego espiritual tironea en todo sentido buscando cada vez nuevas dimensiones y entidades con las cuales poder relacionarse. Me imagino ese metafísico cordón todo lleno de remiendos y créanme que me parece inaceptable que este Andrés nos tome a todos por ignorantes, inventando cada inverosimilitud que a veces mueve a la risa.
Nos ha contado que en uno de sus viajes astrales se topó a boca de jarro con Rasputín y que este le preguntó que hora era. Entonces él le contestó en perfecto ruso que eran las dos menos cuarto de la madrugada y el Mujik le comentó que necesitaba la hora de la Unión Soviética, ya que ese día tenía un importante encuentro con un político disidente. Debido a este alcance, cuenta que estuvieron un par de horas discutiendo sobre lo ocurrido en la Rusia de los zares y que Rasputín se había marchado muy contento de encontrarse en su camino con tan docta persona.
Yo ya no se que creer porque veo que todos ya lo consideran poco menos que un santón, algunos periodistas quieren llevarlo a la televisión y su fama se ha encumbrado por las nubes. Se que el tipo saldrá siempre bien parado porque tiene una imaginación desbordante, un carisma inigualable y una seguridad a toda prueba. Supuestamente su aura vista por esas máquinas que fotografían dichos efluvios, es tan desbordante como el mismísimo Amazonas, ha sido visitado por personajes mitológicos y cuenta que en alguna región desconocida atesora un unicornio al cual da de pastar y beber de las mismísimas aguas del Olimpo. Me pregunto si el bicharraco será azul y en ese caso tengo a la mano el teléfono de Silvio Rodríguez para ponerlo al tanto.
Les expongo todo esto para que ustedes juzguen. Como decía al principio, yo soy un escéptico y nada ni nadie podrá convencerme de algo extraordinario porque estoy convencido que todo es una vulgar mentira. Y se los digo con conocimiento de causa porque cuando me morí, no hubo ni túnel ni nada. Así que por eso les digo que el tal Andrés es un mentiroso de porquería…
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