Fresa podrida
No hay que ser un voyeur para observar
a este trapo roído por las noches desnudas de mi cielo.
Mi camino respira vaharina incolora
y mis pies, condensados, no son más que retóricas referencias.
Me falta algo, ¿verdad?
ese-i
Ya no quiero clavar mi cristo a este huero tronco. (Esperanza).
¿Dónde estás, hada gótica?
Huelo tu polvo asqueroso, incomprendido.
Aún lejos, lo siento.
Veo mis ronchas,
¿una señal?
La busco
como la enfermedad a mi pene tibio.
Hada gótica, Dime que sucederá con mis latidos ineficientes
fresa podrida, Enferma mis vísceras hasta que pida más
raíz de cáñamo. Distorsiona mis sentidos, muéstrame a la serpiente
que estrangulará al parásito que hoy me vive.
¿Puedes atarme y morir frente a mí?
¿Cómo se marchita la imperfección más sublime?
Mujer diminuta,
miope fantasma.
Te busco y no lo sabes.
Te huelo.
Los incompletos, por lo general, se amalgaman.
¿Cuándo bebes piensas en mí?
Cuando pierdo la memoria y mi yo reptil gobierna
el adefesio que me aprisiona,
mi alma mamífera
refresca su pelaje en tus lágrimas.
A veces pienso que no soportaste esa caricia
que golpea a toda nuestra especie
y te suicidaste, muy discreta, frente al lado azul de la tristeza.
Sin embargo, hasta hoy se oye el susurro del bing bang.
Entonces, ¿Es tu eco retroalimentado
lo que me mutila?
No es una súplica para que te desnudes
o, siquiera, aceptes beber algo conmigo.
Te quiero ahora,
te quiero ya.
Tal vez, no aguantaríamos bermejos días juntos
y, sucumbiendo a nuestra naturaleza, nos mataríamos
lentamente, disfrutando.
Hada gótica
ponte las gafas y despega a mi boca.
No huyas ni retardes la colisión.
Ya te lo dije,
te huelo.
Y te quiero
aunque sea por partes.
Sal la luna
y ven a la noche de mis brazos.
(perdòn por la coprolalia del texto pero es una forma de decir "vate al carajo" al tìpico romance) |