Andorra, 27/12/02
Estar sola, ¿opcion o destino?. De alguna manera -inconsciente, creo- siempre termino haciendolo todo solita. Adoro hablar, compartir, socializar, pero aun asi me descubro una y otra vez haciendo lo que me gusta sola. No lo entiendo.
No busco la soledad y sin embargo me la encuentro en todas partes. Esto abarca muchos ambitos de mi vida, entre ellos el amoroso. Siempre pienso en el momento en que encuentre a la persona con quien compartir mis alegrias y mis inquietudes, mi intimidad y mis tonterias, y paradójicamente, continúo mi vida sola.
No me entristece esta situación. Tengo paciencia y la seguridad de que mas temprano que tarde llegara la persona con quien compartir mi vida.
Con los viajes ocurre algo diferente; aqui no se trata de que llegue o no la persona que me acompañe en algun momento de la vida. Se trata de estar o no. E indefectiblemente se repite la misma historia una y otra vez. Las fotos son el mas fiel testigo de mi soledad. Voy y vengo yo conmigo. Nadie mas. Y vuelvo a la pregunta inicial: ¿es para mi una opción o es mi destino el que me mantiene al margen de los demas?. ¿Debo estar feliz de no necesitar a alguien a mi lado o debo mas bien preocuparme, teniendo en cuenta que los años pasan indetenibles y sigo tan sola como al principio?.
Creo que en la misma medida disfruto la compañía de otros como me satura a veces tener que conversar, reir o simplemente estar con gente cuando lo que quiero es estar en conexión conmigo misma. De alli debe provenir esta especie de equilibrio que me ayuda a recibir con tranquilidad cualquiera de las dos situaciones execrando de mi vida crisis inherentes a alguno de los extremos.
Ahora mismo estoy sola. Ahora mismo quisiera tener a alguien a mi lado con quien compartir mis impresiones acerca de esta vieja ciudad. Pero no pasa nada.
Esta bien.
Ya llegara el momento de la compañía, la risa y la conversación.
Por los momentos me conformare con seguir viendo como una fiscal de tránsito de Andorra la Vella continua moviendo incesantemente el brazo, tratando de descongestionar la calle este viernes, ultimo viernes del año 2002, con tanta gente yendo de un lado a otro quien sabe con que propósito o destino (ella no se cansa. O si, pero no lo demuestra. Sonríe a los conductores y a los transeuntes. Hace su trabajo con gusto, eso se ve. Luego llegara a casa con un seguro dolor de espalda, de brazos, de piernas. Contenta o triste, eso no lo se. Lo cierto es que mañana o pasado tendra que volver a vestir su uniforme donde se lee "Servei de Circulacio" y comenzara a agitar los brazos tratando de poner orden en la via, espero que con la misma sonrisa de hoy. Que alegria que alguien disfrute su trabajo. No he comentado que durante todo el tiempo que he estado aqui sentada observando ha estado lloviendo en esta fria ciudad. Tampoco esta circunstancia le amarga. Recuerdo entonces cuando la gente (para no aludir a nadie en especial) se queja de su trabajo cuando lo único que tienen que hacer es un simple (y seco) trabajo de oficina. Que tonta "la gente". Que felices los felices. Que loca la vida yo aqui en Andorra la noche del último viernes de este año, escribiendo sobre una persona que no tengo ni idea de quien es, o si se le ve "feliz" porque alguna vez sufrió una parálisis facial. Quien sabe.
Este es el mundo que veo. Soy feliz viéndolo asi y disfrutando mi cuota de soledad.
Mañana reiré, quizas tomándome una cerveza con la fiscal, mientras le pregunto como hace para sonreir asi si le duele tanto el brazo. Buenas noches.
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