¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!

¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!
Háblame de frente que compartimos la misma vernácula
el amor de un humor físico y el tiempo pasado a solas
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!
Tu profusión de vergüenza inmiscuyendo en tu cognición
Cual congénita alma voraz desconforme...¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!

¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!
La frecuencia con la que repito la circunferencia de mi rogativa está mareándome
Veme desvirtuándome, susceptible por tu inopia, absurdo por mi obcecación
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!
Mi palabrerío omnipresente no pretende exagerar sino simplificar tu reacción
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! Este soy yo, luego...

¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!
Dame algo familiar o algo similar a lo que yo te doy
Pero no sólo yo soy quien te pide
sino todos los que estamos en el mismo enfermo y triste equipo
del cual los cerebros tristes y enfermos de sus integrantes gritan de manera tal que no sólo los mismos podemos oírlos
pidiendo no más poesías armoniosas
pidiendo no más melodías pegajosas
pidiendo “¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!”