ESTRELLAS FUGACES Y EL MIEDO ATROZ

Había una vez un niño al que le gustaba mucho observar el cielo lleno de estrellas, pasaba horas y horas viendo lo que para el era lo mas hermoso del mundo, un cielo nocturno lleno de esas preciosas estrellas.
Mirándolas imaginaba formas uniéndolas entre ellas, poco a poco se fue dando cuenta que había algunas que brillaban mucho mas que otras, se las empezó a imaginar cada una con una forma diferente, e incluso con el tiempo descubrió que cada una tenia una personalidad y le hacia Sentir de forma distinta, el niño fue creciendo y un día descubrió algo insólito, algo que nunca había visto antes, de repente entre el gran mosaico que contemplaba cada noche durante horas, vio como una estrella se movía y cruzaba el firmamento de arriba abajo, de una belleza fuera de lo común, de repente se vio atrapado en un cúmulo de sensaciones hasta ese momento desconocidas, sintió que necesitaba ver otra igual, esa noche la paso en vigilia, mirando sin parar hacia ese cielo que conocía Tan bien, pero que ahora sé hacia tan incompleto ya que le faltaba esa luz tan maravillosa que se movía de un lado hacia otro, no vio ninguna mas esa noche, pasaron días, semanas, meses y no vio ninguna mas.
El niño fue creciendo e igual que el en su interior fue creciendo un vacío, echaba de menos esa estrella que le cambio la vida, ahora había perdido la ilusión por ir a mirar el firmamento y sus maravillosas estrellas que ahora le parecían tan vulgares e incompletas, solamente tenia en su mente esa estrella fugaz que vio aquel día, la idolatraba, le cantaba, le lloraba, le escribía, le obsesionaba, empezaron a cambiar sus sentimientos y lo que de niño le parecía tan maravilloso, le empezó a crear una angustia, un gran miedo a estar solo, ya no se sentía acompañado por las estrellas que siempre le habían dado su compañía, le faltaba la mas importante, aquella que paso delante de el aquel breve tiempo.
Un día se armó de valor aun sabiendo que podía hacerse mas daño, subió como tantas veces había echo de pequeño al tejado de su casa para contemplar las estrellas, pero esta vez sin esperanzas ya que el miedo a no ver mas esa estrella fugaz le consumía su alegría vital, paso el tiempo y cuando ya no tenia esperanzas, miro por ultima vez al cielo estrellado y vio de repente una estrella fugaz, esta no tenia nada que ver con la primera que vio, iba en dirección contraria, su trayectoria era mas corta pero igual de intensa, sin que pasara un minuto apareció otra, esta era mas larga y así fue contando hasta diez mas, en ese momento se dio cuenta de su gran agonía en vida, que por creer que no volvería a ver una estrella fugaz se sentía vacío, solo. Se dio cuenta que había dejado de ver la verdadera belleza de las estrellas, aquella luz que vio de niño le había dejado ciego de espíritu, pero a la misma vez le había echo convertirse en un hombre, ese día desapareció ese miedo atroz y resurgió en el las ganas de mirar ese cielo estrellado y disfrutar de la compañía de sus queridos astros.