Érase una vez...
hace cientos de años,en una pequeña ciudad que no recuerdo el nombre,había gente riquísima y otros que no tenían ni para comer.
Mi cuento empieza con una niña(que la pobre no tenía ni para comer),su nombre era Vinca.
Vinca tenía dos hermanos,ella era la mayor de los tres,tenía por aquel entonces nueve años,su hermano Juan siete y la pequeña Isabel tres.
Su padre,Andrés trabajaba de sol a sol en la finca que tenía un rico llamado D.Francisco José,se ocupaba del huerto y de el jardín,también de los animales de la granja.
Su madre,Margarita,se ocupaba de todo lo que era la limpieza y haceres diarios de la casa.
Vivian en una casita de madera, un poco derringalda en los mismos terrenos de D.Francisco José.
Mientras los padres trabajan,Vinca se dedicaba con sus dos hermanitos a recojer leña del monte para luego poder calentarse y poner algún puchero al fuego,era invierno y anochecía pronto,se abrigaban y pasaban largo rato recogiéndo troncos y pinocha de los árboles.
Antes de que llegaran sus padres a la casita,Vinca ya tenia un puchero al fuego calentado el agua, para qué cuando llegará mamá tubiera menos trabajo que hacer,era una niña muy responsable y buena.
Un día,iba a nacer un ternerito y los tres niños se acercaron con sus padres a la casa de D.Francisco José,Vinca era muy soñadora y por el camino recordaba el sueño que tubo la noche anterior,había soñado qué estaba tocando un arpa con un bonito vestido morado y verde.
Antes de llegar a la casa su madre les advirtió a los niños,que a el Señor no le gustaba hablar con nadie y que era un cascarrabias,que se portarán bien y no molestaran.
Por fín llegaron a la mansión de D.Francisco José ,el padre fué a las cuadras con los dos niños pequeños,y mientras tanto Vinca entró con su madre a la casa, allí estaba el señor más serio qué una piedra y la buena mujer le presentó a su hija.
Al momento su madre se puso a fregar,limpiar,etc...y Vinca aprovechó para hablar con el señor en aquél gran salón con una chimenea enorme,al fondo junto a una ventana había un arpa preciosa, ¡¡¡cómo la que había soñado!!!, entonces le preguntó:
¿Porqué no toca usted el arpa?
el respondió:¡¡Porque no tengo a nadie que me escuche.
Vinca le dijo que ella si le escucharia,y así D.Francisco José por fin tocó el arpa,pasaría al menos una hora tocando piezas musicales muy bonitas y en un momento dado le preguntó a Vinca:¿Quieres tocar tu ahora?,sin pensarlo dos veces ella dijo:Si,por favor.
El señor quedó maravillado al escuchar con que sentimiento tocaba la niña el Arpa,antes de marcharse D.Francisco José le dijo que si le gustaría ir todos los días a tocar el arpa que a él le encantaria que fuera,Vinca le dijo qué sí, que todos los días iria.
Pasaron los meses y un buen día el señor tenía un regalo para ella,le regaló un vestido morado y verde(era cómo el de sus sueños),se lo puso toda ilusionada y comenzó a tocar el arpa cómo nunca la había tocado,por fin Vinca vió su sueño hecho realidad.
Espero que hos haya gustado,es el primer cuento que escribo para que lo lean los mayores.
En el colegio solo los escucha la profesora y mis compañeros.Saludos para todos.
Anna
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