A lo lejos se venia acercandose, hombre medio canoso de unos 36 a 40 años bajo y con el pelo encrespado. Venia caminando, con la cabeza baja y con paso lento. Recuerdo que su nombre era Ernesto y recuerdo que su vida no fue facil, la mia tampoco, compartimos tanto. Recuerdo cuando el era Joven y yo niño, el era tan animado y entusiasta, lleno de vida, se empeñaba en enseñarnos todo lo que el veia en la musica. Podia pasar tardes enteras hablando de la guitarra, el contrabajo y la flauta. Nos enseñaba acerca de la vida atravez de la musica. Musica moderna y antigua, simple y barroca. El siempre me enseñaba acerca de los trucos de la musica, para mi era especial, era como un encanto magico el trabajar y aprender con el. Recuerdo tambien como iba pasando el tiempo y los demas se iban desinteresando por sus clases. Como mis amigos preferian irse a jugar al patio, ir a jugar a la pelota y no estar presentes para la clase de musica. Pero yo era fiel, sabia que era distinto y que no podia fallarle. Por un momento fue amor por la musica, pero al madurar fue apreciando otras cosas, fue en busca de mi verdadera identidad y de mi real situacion como adolecente. Empeze a acercarme a las mujeres, al alcohol y a la vida mas rapida y desafiante y olvide lo que mas amaba. Al final, esa lealtad se fue añejando y permanecia solo por cariño y fe en mi profesor, en Ernesto Maldonado, el hombre que me enseño tanto sobre la musica y los acordes.
Se venia acercando y yo lo veia, desinteresado y preocupado de cosas que el destino me habia deparado para mas adelante. Pero mi subconciente segui luchando por hacer emerger esos recuerdos que tanto dolor me causaban, pues me recordaban lo bajo que habia llegado.
Pero un dia cedi. Mis amigos querian ir a la playa y yo, sabiendo que tenia practica con la guitarra, decidi escaparme de las sinfonias y notas que tantas veces habian alojado mis emociones.
No se como fue capaz de mirar a los ojos a mi profesor, no se como fui capaz de pedir la transferencia de musica a artes manuales.
Ya tenia unos 40 años y se acercaba a mi, con la cabeza baja y sus sentimientos bien muertos en su corazon ya gelido. aun estaba lejos, todavia podia huir, pero me rehuse. Luche contra la bajesa misma que emanaba de mi inperfeccion humana. LLego hasta mi y pregunto que si acaso queria algo. Logre los acordes de la cancion que usted queria que tocara para el recital del aniversario del colegio, respondi.
-Que acordes, que recital?
-Los del recital del año pasado......Los que nunca logre porque no tenia tiempo, recuerda?
-pero por supuesto ! (nacio de ahi un chispaso de lo que solìa ser mi maestro de musica, chispaso que luego se apago en la discusion)pero, ya no los necesito. Decidi dejar el trabajo. Los alumnos son malagradecidos y porfiados y meresco descansar en paz.
Era posible que se nos alla pasado la mano, le causamos demasiado daño al pobre profesor. Toda las veces que nos revelamos a hacer clases, o la vez que le rompimos su guitarra por que no queriamos segui escuchandolo, o la vez que nos mofabamos de su Ingles mal pronunciado, o la vez que lo hicimos llorar, o la vez que........................................
Paso por mi lado pero yo no me voltee. Escuche su caminar lento y pesado hasta que este se perdio en el ambiente.
Se escucho un lamento, luego un estruendo, un golpe en el piso y una conmocion, por el alumno que se habia quitado la vida. |