Vivo desesperada entre los barrotes de una jaula que inconscientemente no quiero abrir.
Me arropo en la tristeza y me agarro a ella como a un clavo ardiendo, que abrasa mis manos pero aún así no suelto, pues es lo único que me queda.
Me sorprendo al ver lágrimas rodando por mis mejillas al tiempo que no estoy sintiendo nada. O es que ese sentimiento tan amargo se me ha hecho tan mío que ya no lo distingo del estado de normalidad en el que creo estar.
Sin embargo, me parece normal llorar porque se derramó la leche y manchó el suelo nuevo. Quien sabe tal vez el suelo es importante de verdad.
Pero da igual, esa no es la cuestión, aunque tampoco entiendo cuál es esa cuestión.
Sólo se que es hermoso ver llover desde la ventana, me tranquiliza ese estado de melancolía en el que entro hasta que llega la noche para cubrirme y acunarme al son de la dulce nana de mis lamentos.
Mi dolor se oculta entre las sombras de la habitación y me siento viva por un segundo, en ese momento en que parece que rozo la libertad con las yemas de mis dedos.
Pero me asusto y vuelvo a cerrar la puerta de mi bella jaula, no se si para que no entre nada ni nadie o para que yo no salga.
Me miento diciéndome que así es mejor, para qué intentar ser libre, tendría que acostumbrarme a ello y no me veo capaz.
Prefiero vivir mi desesperación, la conozco de sobra ya y no tendrá oportunidad de traicionarme.
Seguiré fingiendo vivir una falsa vanidad que no hace más que mostrarme lo oscura que ya está mi alma y me doy cuenta de que ya es tarde para mi.
Que adoro esas tinieblas que se ciernen sobre mi cada dia y que me impiden entender mis actos y pensamientos, y dejan que mi ser se vacie cada vez más.
Pero amo al crepúsculo y lo que conlleva consigo, la luz me quema, me duele, mostrándome lo feliz que son los demás, que ellos si tienen eso que antes sentía con cantidad de cosas. Que no eran más que tonterías que sólo pretendían ocultar la verdad de la vida. Yo conseguí ver más allá de ellas y me perdí en la inmensidad de la nada, del vacío , el dolor y la soledad.
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