BAILABAN SOBRE LA CABEZA DE LOS CEPILLOS DE DIENTES, ERAN ELLOS, LOS DUENDES, Y COMÍAN EN LOS PLATOS DE LAS PERSONAS QUE VISITABAN.
YO LOS VÍ, FUE EL PUNTO DE PARTIDA PARA NO VOLVER A MI VIDA, ENTRAMOS EN EL CALLEJÓN OSCURO Y SIN SALIDA Y ME ENCERRARON CON ELLOS EN EL MUNDO DE LOS DUENDES, DE LOS COCODRILOS, DE LOS DINOSAURIOS.
Y YO? QUE HACÍA YO?
NAVEGABA POR EL RÍO BUSCANDO CENNIZAS Y OPIOS Y UN PAR DE BESOS PERDIDOS EN EL AGUA.
LOS DUENDES ME DIJERON QUE ME DESPIDIERA DE TODO, HASTA DE MIS CEPILLOS DE DIENTES, PORQUE EN EL FONDO DEL AGUA YA NO HABÍA LUCHAS, NI CIELOS ROTOS, NI NUBES. PERO ESO SÍ, AUNQUE NO HABÍA ESPEJOS, SIEMPRE SE ENCONTRABA UN REFLEJO.
LOS DUENDES ME LLEVARON HASTA EL FONDO Y ALLÍ ENCONTRÉ EL REFLEJO DE MI VIDA, Y ALLÍ VIVÍ SOBRE MIS RECUERDOS E ILUSIONES, EN UN RIO DE DUENDES Y MURIENDO POR LAS SENSACIONES.