Las ratas saben cuando huir del barco
Coger tu arena
y bañarla con el mar de mis entrañas.
Aquí tengo la fuente, la semilla y la fuerza constante
que nunca extinguirá su brillo,
(las ratas saben cuando huir del barco).
Tu pubis parece haber sido diseñado por Dalí,
pero yo tengo el pincel
y, a tu lado, la pintura.
El lienzo es la tierra,
siempre en el suelo como víboras
o, a la mejor, aire.
A escondidas, en los bares o las calles más tristes
siempre tomaré una siesta en tu sonrisa,
en tu boca abierta
En tu alma abierta
no hay lluvia, ni lodo aparente.
Solo tú puedes contenerme,
soportar mis implosiones y, ¿por que no?, mis explosiones
como un alacrán.
He estado dentro tuyo,
he besado tu tierra virgen
y navegado en tus lagunas de hielo.
Hasta que las células de mi cuerpo hierven
y se condensan
en una moldeable forma de vida.
Me desarmo
y no soy el que conociste,
nos hemos quedados desamparados en la jungla.
Reconocemos nuestra respiración entre las hojas muertas de la pasión,
y susurras para tu pecho joven,
le cuentas tus aventuras con otras moldeables formas de vida
o las espinas que día a día rasgan tu envoltorio metafísico
e impulsan a echarte en mi felino pecho.
Vacíos,
ya podemos amarnos.
Y ver la pintura fresca,
tan surrealista:
el mar ahogando a un hermoso alacrán de arena. |