Estas últimas semanas han sido especiales. Aparte de la flojera de las vacaciones, me he dado cuenta de que en mi medio están muriendo abuelitos, hermanos de los amigos adultos de mis padres y personas conocidas, casi todas por razones naturales casi como si fuera la época del año la que demanda estas pérdidas.
Por otra parte, paralelamente, una racha de calenturas, entre cibernéticas y reales suceden a mi alrededor, como si la muerte invocara al sexo y hombres y mujeres, entre las que felizmente me encuentro, estuvieran más dispuestos a hablar del tema, discutirlo desmadejarlo y hallarle un sentido. ¿Coincidencia? No lo sé.
Por una parte, una de mis mejores amigas termina su vida de convivencia. Dos años de su vida invertidos en la creación de una pareja estable, se van al trasto porque “empotado” su pareja se fue tras otra, y sigue yendo y viniendo, insistiendo de vez en cuando, por si acaso ella cae en una de esas. La escucho tranquila, pensando que todo lo que provenga de su experiencia me puede ayudar a relacionarme mejor en futuros entuertos.
Por otra parte, un amigo por email, conocido hace cinco años en una fiesta, empieza a contarme un mes atrás de su nueva afición por las fotografías de desnudo y yo medio perpleja decido mirarlo por morbo, y reconocidamente por una curiosidad sana. Luego conversando con otro amigo náutico (¿cómo llamar las relaciones de Internet?) Surge el tópico sexual de una simple conversación acerca del amor que le he tomado a mis sobrinos. Eso mismo. ¿QUÉ? Digo una palabra como chupete, mamadera o similar, y él, que aprendió español en Europa, entiende justamente lo que entienden algunos como favor sexual... y comienza a reírse de mí en un tono simpático, y las bromas van y vienen.
El punto es que hallo que es una coincidencia formidable este interés que tienen por conversar de fantasías sexuales todos, incluyéndome, con la muerte de estos parientes o abuelitos de conocidos y amigos... me pregunto por qué se dan en la misma época, y porqué nadie en mis navidades anteriores o para el cumpleaños, la pascua de resurrección, me dijo eso que me dijeron el otro día de que no podía hablar de sus fantasías con su novia, y como se sentía más libre de decírmelas a mi, yo encajaba mejor con su fantasía (por Dios que me hizo sentir sexy el comentario, a pesar de que casi descarto de plano relacionarme con tipos comprometidos).
Si efectivamente a todos se nos está muriendo gente alrededor, ¿es esto más que una coincidencia? Generalmente pensaría que no. En este caso creo que sí. Creo que al ver cuán frágil es la continuidad de la vida, tratamos de aferrarnos a ella, y que acto más completo para hacernos sentir vivos de los pies a la cabeza que hacer el amor fieramente con alguien al que queramos. Me decían por allí que bien hecho, el sexo, o el buen sexo, es comparable a un nirvana. Toma menos tiempo conseguirlo si uno le dedica tiempo y relajo, y sobre todo si no se descuida los detalles se pueden conseguir excelentes resultados y absolutamente satisfactorios... Parece obvio que sea la forma de abordar el interés por sentirse vivo. Para los que vieron Alta fidelidad, cambiar el sentimiento de pérdida y abandono que experimentaba Laura, la protagonista, frente a la muerte de su padre acostándose con el hombre que amaba.
Para redundar en las coincidencias, justo aparece en escena un ex y se me suelta un tornillo y me dan ganas de verlo y todo. Lo veo en la entrada de mi casa, llegó muy tarde para salir juntos, y quedamos de tomarnos un café al día siguiente. ¿Cómo el lío de todos me envuelve y comienzo a preguntarme tanto por el tema? Generalmente, ver un ex significa mirar un poco para atrás y encontrar a la persona que fui. Y sin embargo ésta vez lo veo, entiendo porqué me enamoré de él en su momento y hasta ganas de besarlo, y entrar en materia, me entran. Tanta conversación me ha envuelto en cierta tensión sexual que obligada a contener me tiene medio nerviosa, expectante. Lo tragicómico es que mientras esperaba que él me llamara para juntarnos a lo del café, suena el teléfono, y es la madrina de mi hermana. Su suegra ha muerto, y está en la ciudad por unos días. Mañana son los funerales, y le dejan recado a mi madre para que los acompañe en la Iglesia de San Agustín.
Gran idea para terminar, ¿no fue éste el santo que dejó su vida licenciosa para convertirse en cura?
Por Andrea Patricia García Donoso
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