En una vieja taberna de Guayaquil conversaban los tres rateros al ritmo del pasillo y el aguardiente. Marquito era el lider, el Chifle y el Mosca lo escuchaban, pues Marquito pagaba el trago y traía siempre las historias más berracas.
Tomaron juntos otra ronda de aguardiente y el Chifle insistió
“bueno Marquito pues, siga contando”
“Hermano, no sabe la gringa loca que me encontré hoy día . Escuche que me subo al bus, en la catorce, ahí por la avenida Quito que es larga pue, cha la plena que yo ya me iba pa la caleta ñaño, pero es que el bus estaba casi vacio, puras viejas y un par de manes nomás, que chucha ! Me dije. Saque el fierro y plín, comencé a armar el relajo y que nadie se mueva, saquen las carteras o los chuzo ».
El chifle lo escuchaba sorprendido, es que era el menor de los tres. El nunca había atracado un colectivo solo y peor aún a puro cuchillo. El Mosca en cambio se dejaba pagar los tragos sin prestar mucha atención a Marquito, ya lo conocía hace tiempo y sabía que era cuentero.
“deje de hablar huevadas hermano” le dijo por último
Marquito lo miró desafiante, pero siguió con su narración
“cómo que huevadadas ñaño, déjeme terminar de contarle la historia que no es de rambo, ni superman, es de la gringa loca esa, escuche: “las viejas y los mansitos se quedaron quietesitos, cagados del miedo y es que usted sabe que este negro es de respeto. Me voy de puesto en puesto recogiendo el billete que ya todos tenían afuera y yo tranquilo, cagado de la risa, nadie protestó ni un chís y ahí fue que me pillé a la gringa esa loca.
“qué pues, qué pasó? Interrumpió el Chifle
« deje que le cuento, la gringa dizque estaba leyendo un libro concentradísima, ni se había dado cuenta que yo estaba ahí atracando el bus”
“tal vez era sorda” dijo el Mosca
“calle la boca cholo bruto, deje que le cuente. Otra ronda Yadira!!! Bueno la nota es que le acerco el cuchillo al cuello, no ves que yo pensaba que me quería ver la cara de cojudo, y le digo :
“Miss, the money, the money” y la gringa ni enterada hermano.
Tremendo libro tiene que haber estado leyendo la vieja, pero ya me estaba haciendo cabrear, estabamos ya llegando al semáforo y me tocaba bajarme al vuelo, chucha! Si hasta un man atrás se comenzó a cagar de la risa ñaño. Imagínese yo ahí dizque “ money, money” con el cuchillo en el cuello de la gringa y la man dale que lee y lee su libro sin pararme bola, parecía yo es un cojudo hermano!
Llegó Yadira con la cervesita
“gracias mi amor” dijo el Mosca
“quieto Mosca que ella es mia, si o no Yadira” preguntó Marquito
“Hum! Exclamó la mesera mirando a los tres con cierto desprecio picarón
“bueno pues Marquito y qué pasó pues ? qué hizo con la gringa ?” preguntó el Chifle aún interesado en el desenlace
« qué , qué hice? Imagínese esa gringa pendeja por dios que me hizo pasar verguenza, pero yo se las cuento a ustedes porque son mis panas. Cha si te juro que no hubieramos estado ya cerquita del semáforo, es que la sacudo a la vieja, pero yo de puro pendejo le digo de nuevo dizque:
miss the money, the money.
De repente la gringa deja de leer su libro, me mira a los ojos y me dice:
-no, joven yo ya pagué- y sigue leyendo bien campante su huevada. Chucha la gente en el colectivo se comenzó a cagar de la risa y yo me tuve que bajar nomás muerto de la vergueza ñaño, qué cagada!”
El Mosca y el Chifle comenzaron a reir a carcajada libre, el más joven incluso se atoró con la cerveza que le comenzó a salir por la nariz.