Y si...
¿Habrá la posibilidad de volver a un punto exacto de vida y cambiarla? Ese sí debe de ser el deseo de todos, quizás el mejor de los deseos. Volver a aquél día, en aquél momento que estropeaste todo, en aquél maldito momento que causó dolor por todo el futuro, el minuto que decidiste algo que no resultaría bien... pero la vida nos mantiene presos al presente, presente que nos hace repetir a tomar decisiones equivocadas.
Tenemos tan poco tiempo para decidir, para después pasarnos toda la vida repitiendo un odioso “y si....”, yo me digo esto aunque no lo quiera y no soporte pronunciarlo.... pero vuelvo a mis 20 años, vuelvo al mes de abril, yo estaba en Chile, otoño... en el día que realmente conocí el Pacífico y me pregunto ¿qué hubiera sido de mí si no hubiera vuelto? ¿Qué cambios en mi vida sucederían? ¿Cómo estaría yo ahora a los 32 años?
Habría sido todo muy distinto, dejaría a Marcio bramando acá en Brasil y lanzándome toda clase de maldiciones, ¿será que seguiría con Cristian? Cristian fue el chico que conocí mientras estaba en Chile, era pescador, creo que el pescador más bello que ya he visto.... ¿lo hubiera yo salvado del disparo? Pues estaría conmigo, tal vez escondidos entre las rocas de la playa haciendo el amor... ¿y si nos hubiéramos casados? Tendríamos una casita en la playa y yo le daría millones de besos antes que partiera al mar... quizá un hijo o dos le mandarían besitos con sus manitos chiquitas desde la ventana... yo habría estudiado algo y trabajaría mientras los pequeños rubios, con los ojos del color del mar robados del padre estuvieran en la escuela... guardaríamos un poco de plata para pasear por mi Chile.... mi deseo por fin estaría realizado, hoy conocería el Chile que desconozco, quizás el portugués fuera sólo un recuerdo en mi memoria... me serviría para acompañar a Cristian con su guitarra, a él le gustaban las canciones brasileñas... cuántos atardeceres veríamos en el mar y mas de una vez yo me quedaría con el corazón en la mano por él demorarse en volver, le rogaría al Pacífico que nunca me lo llevara.
Ahora el presente más una vez se presenta aquí, me borra todo lo que acabé de contar.... No estoy en mi país, Cristian está muerto, nuestra casa en la playa nunca existió, nunca vinieron hijos con los ojos azules, el portugués sale de mi boca mismo que yo no quiera, los atardeceres sólo aparecen cuando cierro mis ojos y mi cabeza se pone a volar en los recuerdos... mis dos hijos son de Marcio y él no está más en mi vida, lo dejé igual.... esa decisión creo que pasaría en cualquier tiempo.
Lo único que no me permitiré es que me haga esa pregunta en la vejez... para eso trataré de darle vida a mis proyectos y a mis deseos, aunque me cueste lo que me cueste... para que no me venga a molestarme el terrible comienzo de frase “y si.......... “.
Por Claudia Andrea Rivera Vásquez – marzo de 2005
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